Manipulación Genética Y La Iglesia Católica Latina
Enviado por • 4 de Octubre de 2014 • 2.205 Palabras (9 Páginas) • 487 Visitas
La Iglesia Católica frente al problema bioético en cuestión.
“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre las bestias, y sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Gén. 1, 26-27)
“Los hombres de nuestro tiempo se hacen cada vez más conscientes de la dignidad de la persona humana (…)” Declaración Dignitates humanaes 1
Gracias al progreso de las ciencias biológicas y médicas, el hombre dispone de medios terapéuticos cada vez más eficaces, pero puede también adquirir nuevos poderes, preñados de consecuencias imprevisibles, sobre el inicio y los primeros estadios de la vida humana. En la actualidad, diversos procedimientos dan la posibilidad de intervenir en los mecanismos de la procreación, no sólo para facilitarlos, sino también para dominarlos. Si tales técnicas permiten al hombre "tener en sus manos el propio destino", lo exponen también "a la tentación de transgredir los límites de un razonable dominio de la naturaleza". Por eso, aun cuando tales técnicas pueden constituir un progreso al servicio del hombre, al mismo tiempo comportan graves riesgos. De ahí que se eleve, por parte de muchos, una llamada urgente a salvaguardar los valores y los derechos de la persona humana en las intervenciones sobre la procreación. La demanda de luz y de orientación proviene no sólo de los fieles, sino también de cuantos reconocen a la Iglesia, "experta en humanidad", una misión al servicio de la "civilización del amor"y de la vida.
El Magisterio de la Iglesia no interviene en nombre de una particular competencia en el ámbito de las ciencias experimentales. Al contrario, después de haber considerado los datos adquiridos por la investigación y la técnica, desea proponer, en virtud de la propia misión evangélica y de su deber apostólico, la doctrina moral conforme a la dignidad de la persona y a su vocación integral, exponiendo los criterios para la valoración moral de las aplicaciones de la investigación científica y de la técnica a la vida humana, en particular en sus inicios. Estos criterios son el respeto, la defensa y la promoción del hombre, su "derecho primario y fundamental" a la vida y su dignidad de persona, dotada de alma espiritual, de responsabilidad moral y llamada a la comunión beatífica con Dios.
La intervención de la Iglesia, en este campo como en otros, se inspira en el amor que debe al hombre, al que ayuda a reconocer y a respetar sus derechos y sus deberes. Ese amor se alimenta del manantial de la caridad de Cristo: a través de la contemplación del misterio del Verbo encarnado, la Iglesia conoce también el "misterio del hombre"; anunciando el evangelio de salvación, revela al hombre su propia dignidad y le invita a descubrir plenamente la verdad sobre sí mismo. La Iglesia propone la ley divina para promover la verdad y la liberación.
El fruto de la generación humana desde el primer momento de su existencia, es decir, desde la constitución del cigoto, exige el respeto incondicionado, que es moralmente debido al ser humano en su totalidad corporal y espiritual. El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida.
Reconoce la Iglesia en la Ingeniería Genética y sus manipulaciones un afán lícito por la búsqueda de terapias que ayudasen a tratar enfermedades hereditarias o que tienen su determinante en el genotipo de la persona humana. Sin embargo, en su investigación, el hombre junto con la biología han llegado a un punto cúlmine donde su actuar tiene un carácter de intrínsecamente ilícito y transgrede normas deontológicas fundamentales. Es así que en las indagaciones respecto el material genético e incluso en la aplicación de terapias el hombre ha actuado inmoralmente y por esto la Iglesia, en su magisterio, se ve obligada a intervenir para incluir pautas morales respecto de lo que es intrínsecamente bueno o malo según corresponda de acuerdo al tema en cuestión. Estudiaremos entonces los diversos temas en los que, valga la redundancia, actúe la manipulación genética y sobre los cuales la Iglesia Católica se ha pronunciado en su Magisterio en diversas encíclicas, instrucciones, declaraciones, constituciones y en el propio Catecismo.
“El don de la vida, que Dios Creador y Padre ha confiado al hombre, exige que éste tome conciencia de su inestimable valor y lo acoja responsablemente. Este principio básico debe colocarse en el centro de la reflexión encaminada a esclarecer y resolver los problemas morales que surgen de las intervenciones artificiales sobre la vida naciente y sobre los procesos procreativos” Instrucción Donum Vitae 1
“A cada ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural, se le debe reconocer la
dignidad de persona.” Instrucción Dignitas Personae 1
Reproducción asistida e in vitro
En las últimas décadas y gracias al proyecto genoma humano la ciencia ha logrado revelar y luego descifrar este código conocido como material genético, el cual contiene toda la información e instrucciones necesarias para constituir no sólo a un ser humano sino a cualquier forma de vida. Gracias a la descodificación de este material el humano ha obtenido la capacidad de manipular e inducir la procreación, sin embargo, para la Iglesia, Dios le ha dado al hombre este don con el fin de que logren preservar su estirpe y que la concepción de un nuevo humano sea en el amor único y sagrado del matrimonio*, es así que los métodos como la fecundación homóloga y heteróloga son considerados moralmente ilícitos ya que pasan a llevar la inviolabilidad de la unión conyugal y la dignidad de la procreación del ser humano. Todo ser humano debe ser acogido siempre como un don y bendición de Dios. Sin embargo, desde el punto de vista moral, sólo es verdaderamente responsable, para con quien ha de nacer, la procreación que es fruto del matrimonio. Donum Vitae)
Además durante la fecundación in vitro se fecundan cerca de 50 óvulos, es decir, 50 vidas humanas inician para que luego sólo uno sea implantado en el útero de la mujer, es así que la concepción en probeta va contrario a la dignidad humana y es considerada gravemente ilícita por cuanto supone la muerte de miles de embriones. Y así como lo estipula la constitución pastoral Gaudium et Spes:
“La vida ya concebida ha de ser salvaguardada con extremos cuidados desde el
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