Margarita Y El Chocolate

margarita y el chocholat

escrito por francisca gamboa, san Gabriel

MARGARITA Y EL CHOCOLATE ENCANTADO

Erase una vez una niña de 9 años que se llamaba Margarita. Margarita era una niña muy obediente, que se sacaba buenísimas notas y que tenía un lindo pelo rubio que siempre se tomaba con un listón lila.

La mama de Margarita había tenido dos hijos más, sus hermanos gemelos Zack y Codi. Aunque eran menores que Margarita solían jugar los tres muy entretenidamente.

Un día después del colegio, Margarita y sus hermanos se divertían jugando futbol en el antejardín de su casa y lo pasaban muy bien:

- Margarita, atrapaste la pelota – dijo Zack

- Eres la mejor arquera que conozco Margarita – dijo Codi

- Gracias Codi, tu y Zack son muy buenos delanteros!

Mientras ellos jugaban entretenidamente, la gata Pelusa los miraba y trataba siempre de ayudar a Margarita a atajar goles. La mamá se entretenía mucho cocinando, ese día preparaba una deliciosa cena: BUDIN DE QUESO CON ESPINACAS. Por fin llego la hora de cenar y se sentaron todos juntos en la mesa, todos conversaron y contaran sus experiencias del colegio y del trabajo de papá. Como siempre, la mamá de los niños, aprovecho de decirles una vez que debían portarse respetuosos en el colegio, que no había que decir malas palabras y que jamás, pero jamás podían hablar con extraños. Los niños habían oído estos y otros consejos…miles de veces…

Pero un buen día, estaba Margarita sola con Pelusa en el antejardín y de pronto vio un señor más bien viejito, bien vestido y muy limpio. Ella lo miró y el anciano la llamó por su nombre:

- Hola Margarita - dijo el extraño

- Hola, como sabe mi nombre? – contestó Margarita

- Es que yo sé muchas cosas, a mi edad, he aprendido mucho. Tus hermanos gemelos, por ejemplo, se llaman Zack y Codi. Pero sabes, no logro recordar como se llaman tus padres – dijo el extraño.

- Mi mami se llama Trinidad y mi papá Norberto – contestó rápidamente Margarita.

- ¡Qué lindos nombres! Y tu nana, no la he visto… - preguntó el extraño aprovechando que Margarita no dudaba en contestar lo que preguntaba.

- Es que no tenemos, mi mami nos cuida y nos prepara ricas comidas – dijo ingenuamente Margarita.

- ¡Qué rico! Seguro que cuando tu papi llega en la tarde se pone muy contento con las comidas preparadas por tu mami, verdad? Cómo a qué hora llega tu papi a cenar?

- Mi papi llega cuando está oscuro, porque su trabajo está lejos de aquí y se demora mucho en llegar.

- Mmmm… veo…. Querida niña, sabes, ya me tengo que ir, pero en agradecimiento, te quiero regalar este rico y especial chocolate.

- Que rico, muchas gracias

- Chao Margarita – dijo el extraño

Margarita conversó mucho rato con este extraño, a pesar que su madre siempre le advirtió que no lo hiciera. Pero, como se sentía segura dentro de su casa, y con Pelusa a su lado, sentía que no había problemas. Así que no lo pensó más y rápidamente se comió la mitad del chocolate. Pensó compartirlo con sus hermanos, pero luego se dio cuenta que en realidad no debió aceptarlo, pero estaba tan rico, que se lo comió todo. Pelusa la observó, y con su instinto animal, presintió que algo no estaba bien.

Al rato, la mamá los llamó a cenar, Margarita

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