Martín Lutero

Martín Lutero, fue un teólogo, monje católico y reformador religioso, que en sus enseñanzas inspiró la reforma.

Inició la doctrina teológica llamada “luteranismo” e influyó en las demás tradiciones protestantes.

Lutero ponía en duda las indulgencias, ya que para él, ésta no era la manera correcta de comunicarse con Dios, es decir, él las rechazaba, porque para él, éste era un tipo de extorsión hacia los fieles y decía que Dios no juzga por las buenas obras, si no por nuestra fe. De ahí podemos decir que desde hace mucho tiempo, la iglesia influye en gran manera en la sociedad en casi todos los aspectos, e incluso en las decisiones que se toman en determinados territorios, y vemos que aún en nuestra sociedad, la religiosidad influye ya sea de manera positiva o negativa.

También podemos ver que desde sus inicios, la iglesia ha mantenido secretos y cosas que no pueden ser descubiertas, por ejemplo, puedo decir que los padres aun sabiendo que el adorar imágenes no nos sirve de nada, éstos enseñan a las personas a realizar esta “actividad religiosa” por así llamarla y de esta manera contribuyen a hacer más ignorantes a las personas que los siguen. Entonces por estas y otras cosas más, Martín Lutero decide criticar y desmentir muchos secretos de la Iglesia católica. Se enfrentó a muchas personas por defender sus ideales, y no sólo sus ideales sino su propia vida, ya que en ese tiempo toda persona que se atreviera a contradecir la iglesia estaba expuesto a ser juzgado, torturado o incluso asesinado, dependiendo del nivel de gravedad de le que dijera.

En la época de Lutero, llego un monje recaudando dinero para la construcción de un templo, dando indulgencias a cambio y siendo autorizado por el mismo Papa. Éste monje decía que cada vez que se oía caer dinero en la caja de fondos, se libraba un alma del purgatorio, esto enriquecía cada vez más la iglesia y engañaba más a los pobres, la gente creyó ignorantemente que si le daba dinero u objetos a la iglesia, compraba su perdón, y no solo por los pecados cometidos, más bien tenía derecho a cometer pecados en días futuros.

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