Mis Mejores años Para Dios.
Enviado por Xavigerard • 10 de Julio de 2013 • 585 Palabras (3 Páginas) • 517 Visitas
Mis mejores años para Dios
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; Antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia;” (Eclesiastés 12:1-2)
PASAJE COMPLEMENTARIO ECLESIASTÉS 12; SALMO 119:9
Una vida que transcurre sin Dios provoca que una persona al llegar a la edad senil viva con amargura, soledad y sin esperanza. Mientras que si caminamos con Dios con toda seguridad será una etapa de plenitud.
La juventud es una época muy especial, llena de alegría, sueños, descubrimientos, diversión, es la etapa donde nos preparamos para la vida adulta y pasamos de la niñez a la adultez. Es allí donde se toman las decisiones más importantes que determinarán nuestro futuro, elegimos profesión u oficio, ganamos independencia económica, autonomía, amigos, desarrollamos proyectos y seguramente elegimos pareja, aquella persona con la que aspiramos pasar el resto de nuestra vida.
Saber elegir es una de las claves de una vida plena y, por lo mismo, de la felicidad que todos anhelamos. Dios nos dio el inmenso poder de elección y nuestra vida depende de las decisiones que tomamos o dejamos de tomar. Cuando estamos pasando por la etapa de la juventud los sentimientos y las emociones están a flor de piel, en muchos jóvenes se presentan emociones en conflicto y se convierten en el pan de todos los días, allí se cambia de estado de ánimo como de ropa y si no estamos preparados nos puede traer muchos problemas.
Por esta razón es muy importante conocer de Dios y acordarnos de Dios en los tiempo de la juventud, puede suceder que al ser niños estemos en un ambiente donde Dios este presente y vayamos a reuniones donde nos enseñen de Dios, pero muchos hacen un receso en esta etapa. Grave error, ya que quedan a la deriva de sus emociones, de su ego y de los deseos del mundo y de la vanagloria de la vida, dejándose presionar y arrastrar para sentirse “bien” y ser parte del mundo de los sentidos, donde son aceptados por quienes allí pertenecen y viven sin Dios y sin ley.
Disfrutar la vida de una manera intensa pero correcta, implica que procedamos bien y que no tengamos que experimentar en carne propia las equivocaciones sino ver espejos que nos enseñen a actuar de la manera más sana, porque seguimos los caminos de Dios. Muchos afirman si hubiese conocido de Dios antes, no hubiese pasado por lo que ahora paso o hubiese fracasado menos o tendría otra vida, pero desde ahora hagamos parte de nuestro diario vivir las palabras dadas por el Señor cuando nos dice: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará
...