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Mitologia Griega


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2012  •  5.710 Palabras (23 Páginas)  •  541 Visitas

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PERIODO ARCAICO

( S. XVI a.C.- S. VI a.C. )

Religión y Filosofía

Al viejo patrimonio cretomicénico se añadieron las aportaciones indoeuropeas y las influencias orientales. Por un lado se encontraba Homero, "creador de una sociedad divina a semejanza de la humana (dioses olímpicos), y por otro Hesíodo, que "ideó toda una teogonía y expuso el problema de las fuerzas misteriosas que marcan el destino del hombre". Al mismo tiempo, la religión popular, basada en el respeto a las fuerzas naturales antropomorfizadas, en los ciclos inmutables de la vegetación, de las siembras y de las cosechas, y en el hogar, que debe ser protegido de las malas influencias, obtiene caracteres mas duraderos.

En la religión griega se desarrollaban nuevas creencias más satisfactorias para el hombre, donde Dionisos incita el secreto de la inmortalidad.

El orfismo insiste en la oposición entre el alma y el cuerpo, en la responsabilidad individual, y concibe un ideal de vida purificada, ascética y virtuosa, que el pitagorismo (función del número y de la armonía, y migración astral de las almas) desarrollará. Se renueva la religión Homérica.

Los aspectos de ésta religión son dos. Primero las anfictionías reúnen pueblos o ciudades en torno a los santuarios venerables, donde asistían los delegados de cada ciudad. La anfictionía pileodélfica, utilizada para fines políticos, echó a perder las auténticas posibilidades de una unión panhelénica. En segundo lugar estaban los oráculos, las fiestas panhelénicas y los juegos. Los juegos atléticos y musicales dieron a los griegos un sentido de fraternidad étnica, pero no pudieron sacar el gusto por la autonomía y diferencias locales.

En éste período arcaico, profesa el más exuberante politeísmo, donde se ve a Zeus como el gran dios tribal o nacional, también celestial. Nuestra vida se halla sujeta a fuerzas exteriores que no podemos dominar (el tiempo atmosférico, por ejemplo). A éstas fuerzas se las denomina Theoí, dioses. Se debía poseer buena relación con los dioses. Tales potencias son heterogéneas y arbitrarias. Entonces hay otros poderes que nos protegerán: los dioses de la tribu, de la familia, etc.. Es necesario ofrendar sacrificios a todos los dioses en forma prescripta, cualquier anormalidad puede irritarlos. No existía una relación fundamental entre teogonía y moral, ya que los dioses no estaban limitados por las leyes que rigen la conducta humana.

El impulso hacia la unidad y el orden redujo el número de dioses y los agrupó en una familia y un concejo de familia.

El ritmo regular en el universo no se puede romper, entonces existe un poder superior a los dioses, éstos no son omnipotentes. Este poder era llamado Anánke, "lo que debe ser", o Moira, "la fatalidad distribuidora".

La pureza exterior se extiende a la pureza interior. Ciertas ofensas que la ley humana no podía castigar ni los hombres percibir, fueron puestas bajo la sanción divina. Los griegos se negaban a distinguir entre Naturaleza y Naturaleza Humana. Ahora Anánke o Moira ya no son los superiores a Zeus, sino la expresión de su voluntad; se incorporaron otros poderes divinos, como las Furias que controlaban la violencia y la justicia. Pues, éste es el momento entonces, en el que se une la teogonía con la moral.

Surgieron los mitos, éstos relatos asumían el carácter de interpretaciones de las cosas, representaban el color y el movimiento con que los griegos revestían lo más saliente de su experiencia vital y cuya expresión simbólica se veía impulsada por su inteligencia. Eran explicaciones. Había un gran número de prácticas religiosas y tradicionales vagamente recordadas que requerian un esclarecimiento, y como se habia olvidado la verdad, fueron reemplazadas por la ficción.

Hay una relacion entre el mito y la filosofia, ambas surgieron a causa del asombro y para solucionar los problemas de los hombres y aquellos conocimientos a los fenómenos extraños y del origen del universo.

Del mito surgieron los dioses y con ella la religión.

Persiste la religión politeísta, ésta es naturalmente hospitalaria con los nuevos dioses. Lo esencial consistia en honrar al dios mediante el rito; nada obligaba a creer en las historias que corrian sobre él. Existían otros tipos de mitos también, tales constituyen un intento de abordar el origen de las cosas, primero del universo físico, y después de los dioses.

El politeísmo griego fue entonces una religión "natural", que se volvió más compleja y politeísta por la dispersión de la raza griega, y por la unidad, al menos en ciertas partes de Grecia, de dos diferentes clases de religión, una vinculada con el grupo social, y otra relacionada con el culto de la naturaleza.

Pero cuando la religión y la moral empezaron a coincidir, se mostró una contradicción que fue considerada de un modo distintos por los filósofos y por los artistas. Los artistas quitaron u olvidaron lo que no les agradaba y continuaron utilizando el resto; los filósofos, en cambio, arrasaron con todo.

La búsqueda de la Physis en la escuela jónica (VII-VI a.C.), el origen y desarrollo de las cosas del universo, como lo que emerge por sí o lo que aparece. Tales de Mileto fue el primero en pensar por aquello lo cual todo surge: el agua. Así aparece el agua como el arché (primer principio), arrastrados por un devenir universal e implicando una concepción animista de la materia. Anaximandro de Mileto, en cambio pensó en el ápeiron como el principio de todos los entes. El ápeiron aparece como lo ilimitado o lo infinito, primordial, originario y perpetuo, de lo cual van surgiendo los entes del mundo de la experiencia inmediata y a cuyo seno tienden a volver como reparación de un antiguo pecado, de éste modo se une a la filosofia el concepto de evolución. Otro presocrático fue Anaxímenes de Mileto, para él, el arché es el aire ilimitado e imperecedero que rige la evolución del cosmos mediante la dilatación y la condensación.

En la escuela pitagórica (VI a.C.-II d.C.), Pitágoras busca la esencia o ley que haga comprensible todo. Lo demuestra a través del "número y la armonía". Reduce la filosofía a la ciencia de los números o causa formal, se separan de la física, se ocupan del ente numérico pero no llegan a la metafísica.

En la escuela de Heráclito de Efeso (VI-V a.C.). En el fondo de la realidad todo es cambio, todo es devenir. "Nadie se baña dos veces en el mismo río". El primer principio es el fuego (cambio constante), todo de él parte y todo vuelve él. Más allá de todo está el logos

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