Nupcialidad
Enviado por Makyi • 4 de Enero de 2013 • 3.957 Palabras (16 Páginas) • 253 Visitas
1. INTRODUCCIÓN
“ La familia es la institución que conecta a los individuos y a la sociedad desde el comienzo de la vida humana y que cumple con una función esencial para ambos: a la sociedad le ofrece un apoyo fundamental socializando a cada ser individual y a cada uno de éstos les abre el camino hacia aquélla con el proceso básico de socialización.” (Alberdi , 1994: 9)
La familia es el lugar donde se construye la identidad individual y social de las personas. De ahí su importancia para la organización social y para la psicología de los individuos. La socialización, como configuración inicial del ser humano, se hace en familia. Tanto las relaciones entre los sexos como las relaciones entre las diferentes generaciones, dos procesos básicos del conocimiento y desarrollo del yo individual, se producen de una forma inicial y fundamental en el interior de la familia. Esto se refuerza en la familia contemporánea que ha dado más valor a la dimensión de lo privado y lo íntimo.
La sociedad española ha sufrido una transformación enorme en las tres últimas décadas y la institución familiar está en el centro de todos los cambios. La familia, al estar en el centro de la sociedad, se ha visto afectada, como institución, por todos los cambios económicos y políticos de estos años y ha ido transformándose.
2. LA FAMILIA Y EL CAMBIO POLÍTICO EN ESPAÑA
La familia siempre ha sido centro de las transformaciones sociales. Cualquier pensador revolucionario a la hora de proyectar la nueva sociedad, como cuestión previa aborda el matrimonio, las relaciones familiares, el papel de la mujer dentro y fuera de la familia, la educación y crianza de los niños, el divorcio, la ilegitimidad, la sexualidad, derechos de sucesión, etc. Los cambios en la familia se consideran imprescindibles para la construcción de una nueva sociedad. Una nueva familia es el instrumento o el objetivo final de una nueva organización social y política.
Todo cambio político ha venido acompañado de transformaciones en la legislación familiar. Primero, porque, al repercutir en la vida cotidiana de la población, se convierte en espacio estratégico de la nueva realidad política. En segundo lugar, porque esos cambios familiares pueden servir como símbolo del propio cambio político. Los cambios en la legislación familiar pueden desempeñar un importante papel en la estrategia simbólica de ruptura con el pasado. En tercer lugar, el sistema familiar es también el espacio privilegiado para fomentar el cambio social Es la familia el primer núcleo de transmisión de valores sociales y, por tanto, la futura estabilidad de la nueva situación política estaría vinculada a la modificación de los contenidos transmitidos por ella.
“En España, sin embargo, la familia, actual y del pasado se encuentra huérfana de reflexión política. Desatención que contrasta aún más con la virulencia y agrias políticas públicas que, a menudo, han rodeado los cambios legales sobre la familia en nuestro país. Ni las controversias suscitadas por documentos del Vaticano en materia de familia, ni las posturas del movimiento feminista, ni las cuestiones abiertas por la ingeniería genética, ni el papel otorgado a la familia por el franquismo - al menos ideológicamente- han incitado más que reflexiones marginales entre los especialistas.” (Alberdi, 1994: 12)
En todo caso, el análisis de la modernización de la legislación familiar española importa por tres tipos de razones. En primer lugar, por el propio carácter de la transición política que implicó a otras muchas instituciones y sectores sociales. La ruptura política se vio acompañada para mucha gente con una ruptura religiosa, social y cultural. La ruptura política no se limitó al paso de la dictadura a la democracia, sino que afectó a la cultura y a la estructura social; en el caso de la familia se produce también la ruptura con la legislación familiar durante el franquismo.
En segundo lugar, resulta importante examinar el cambio por la institución que implica. La familia nunca ha sido en España un mero ámbito de la vida cotidiana de los ciudadanos. Se le ha otorgado una relevancia especial y ha estado siempre bajo el control de la Iglesia. Ésta ha cedido o perdido desde el siglo XVIII múltiples ámbitos de control y supervisión en la sociedad. Sin embargo, nunca ha abandonado la pretensión de mantener dentro de su órbita, directamente o por mediación del poder civil, la orientación de la legislación familiar. También en este aspecto la transición política significa la ruptura con una constante histórica en la sociedad española.
Y, en tercer lugar, por la extraordinaria repercusión que alcanzaron precedentes de cambios en la regulación de la familia. Anteriores iniciativas en nuestro pasado histórico dieron lugar a conflictos políticos con la Iglesia e, incluso, importantes movilizaciones sociales. En suma, fueron realizadas con altos costes políticos y, posiblemente, con reducidas consecuencias sociales. Pueden servir como ejemplos la introducción del matrimonio civil y la legislación de la II República sobre familia.
3. CAMBIOS RECIENTES DE LA FAMILIA ESPAÑOLA
3.1 El reconocimiento del pluralismo
En España se han dado toda una serie de cambios desde 1975. El cambio político ha sido muy importante, pero no el único importante ni acaso el más decisivo. Toda la sociedad se ha visto implicada en procesos de transformación que el cambio político ha posibilitado o acelerado, pero que no han quedado circunscritos a la esfera del sistema político.
El sistema familiar ha sido uno de los implicados en el proceso de cambio. La transición política ha significado el paso de un modelo tradicional de familia con numerosas protecciones legales, a una situación en que la familia aparece, como carente de límites. Desde leas uniones de hecho a los llamados matrimonios de homosexuales, cualquier reivindicación es posible dentro de los esquemas de la familia.
Este giro tan radical se inicia más tardíamente que en otros países europeos. Pero antes de la transición política; quizá en los años sesenta es cuando el sistema familiar español comienza, primero con lentitud y luego con la transición aceleradamente, a cambiar. Sus transformaciones se producen, con mayor rapidez que en otros países europeos, donde la secuencia del cambio se inició antes y su ritmo fue más lento pero más dilatado.
El ritmo rápido de cambio afecta a la inserción del sistema familiar en el propio sistema familiar en el propio sistema social, que se efectúa de manera diferente cuando las transformaciones se producen aceleradamente. Lo peculiar en España no es la dirección de los cambios -semejantes a los sucedidos con anterioridad en otros países europeos -, sino la rapidez -en extensión
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