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ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


Enviado por   •  20 de Abril de 2015  •  Tesis  •  5.826 Palabras (24 Páginas)  •  193 Visitas

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ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti,

no deseamos nada más sino encontrarte en nuestras vidas;

así como te reconocieron Ana y Simeón

queremos reconocerte en el niño que nace en Belén.

Prepara tú nuestros corazones

para que recibamos con alegría y compromiso

el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,

proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida

“Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.

No cierres tus oídos a nuestra oración

para que meditando el misterio de la encarnación,

sigamos más de cerca, con Espíritu de hijos,

al crucificado que ha resucitado.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

PRIMER DÍA, 16 DE DICIEMBRE:

LA VIRGEN MARÍA

1. Saludo y Aguinaldo inicial:

Se saluda a los presentes con estas u otras palabras similares:

Hoy estamos aquí para prepararnos juntos al nacimiento del Señor. Queremos orar con Él, escuchar su Palabra y meditarla; dejar que sea Él quien nos transforme así como lo ha hecho con todos los que le escuchan. Así que dispongámonos a participar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se canta A ti te cantamos, preciosa María.

2. Oración para todos los días: (página 6)

3. Presentación del personaje del día:

Hoy vamos a meditar la figura de María. Ella fue la primera en recibir la noticia del nacimiento del Salvador; fue la primera en acoger la palabra en su corazón e interrumpir sus planes por aceptar a Jesús. Escuchemos hoy cómo ella recibió el Verbo de Dios.

4. Lectura Bíblica. (Lc 1, 26-38):

Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María.

Llegó el ángel hasta ella y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.

Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás».

María entonces dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?» Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Para Dios, nada es imposible».

Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho». Después la dejó el ángel.

Palabra del Señor.

5. Meditación:

En esta lectura se nos presenta a María como aquella que está a la escucha de la palabra, es interpelada por ella y recibe la misión de ser la madre de Dios. Ella, sin embargo, presenta sus dudas al ángel y recibe la prueba de la maternidad de Isabel que demuestra que para Dios nada es imposible. ¿Medito yo diariamente la palabra de Dios? ¿Voy descubriendo la voluntad de Dios para mi vida? ¿Cuáles son las preguntas que me surgen de la escucha de su voluntad? ¿Es mi respuesta un sí abierto a recibir a Jesús en mi vida?

6. Oración final y colocación de la figura de la Virgen María en el pesebre:

Te damos gracias, Padre, porque en María nos has mostrado la grandeza de tu amor.

Te pedimos que germine en nosotros la pureza de corazón,

y así seamos libres para hacer tu voluntad.

Abre nuestros oídos para que escuchemos tu Palabra,

y que en nuestros labios esté siempre el sí a punto.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(Mientras se coloca la figura en el pesebre se puede cantar Purísima María).

7. Despedida.

El Dios de la Vida, que hizo fecunda la virginidad de María, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

SEGUNDO DÍA, 17 DE DICIEMBRE:

SAN JOSÉ

1. Saludo y Aguinaldo inicial:

Se saluda a los presentes con estas u otras palabras similares:

Queremos escuchar hoy lo que el Señor nos quiere decir. Por eso estamos alegres, Dios se acerca a cada uno de nosotros y nos habla al oído. Preparemos nuestros corazones para que sea su voz la que escuchemos, descubriendo su voluntad para nosotros. Comencemos esta celebración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se canta Aguinaldo Venezolano (Si la Virgen fuera andina…)

2. Oración para todos los días: (página 6)

3. Presentación del personaje del día:

Nos acercaremos en este momento a la figura de José. Seguramente un joven entre unos veinte y veinticinco años, con las ilusiones de casarse con María. Ellos ya estaban comprometidos, así que solamente faltaba esperar un tiempo y llevar adelante los planes como cualquier pareja de su época. Pero las dudas invaden el corazón de José, quien pone sus preocupaciones en las manos del Señor. Dios no se hace esperar, y acude a José; la necesidad es mutua: José desea respuestas sobre lo sucedido y Dios necesita la respuesta de José para poner al Hijo bajo sus cuidados. Escuchemos con mucha atención la siguiente lectura del Evangelio.

4. Lectura Bíblica (Mt 1, 18-25):

Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo.

Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla.

Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que

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