Opinión: El trabajo es el precursor de la dignidad humana, y su origen es divino
Enviado por Pablo Venegas • 23 de Octubre de 2020 • Informe • 971 Palabras (4 Páginas) • 215 Visitas
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El trabajo bajo una mirada teológica y creacionista debe ser visto como un don o regalo de parte de Dios para sus hijos. Teniendo en cuenta que el trabajo debe ser efectuado bajo la búsqueda de la imitación divina de parte de la humanidad, y debe velar por la preservación y protección de la creación. Ahora bien, ¿Por qué Dios le ha dado el trabajo al humano? ¿No sería más eficaz y perfecto que él lo hiciera por nosotros?. Ante esto se debe entender que Dios es un ente divino y generoso, si bien solamente el tiene el poder de crear, quiso compartirnos la dicha de ser los agentes impulsores de la creación. Entregarle la tarea específica de contribuir con la creación divina a la humanidad, no solo nos demuestra su carácter amoroso y generoso como creador, sino que además dignifica a su criatura humana. Por ende, junto con el trabajo Dios ha entregado dignidad, y valor propio al humano. Adán y Eva tienen conocimiento de su tarea como ser humanos, son poseedores de un propósito de existencia además de ser contribuidores de Dios. (Gn 2:15)
Dios como ente divino y creador, mediante el reconocimiento, entrega del trabajo y por ende dignidad nos hace ver un espectro curioso de él en sí mismo, que pertenece a su carencia de inferiorizar al hombre. Para él, el ser humano no es una criatura pequeña e inútil, sino que es una criatura que posee altos dotes de intelecto y habilidad, a tal grado que permite que coopere con su creación. Y esta cooperación debe ser por parte del hombre una cooperación manual y científica o cultural. (Gn 2:15–20)
El origen de la dignidad del hombre proviene de Dios. Sin embargo, hoy en la actualidad la dignidad (regalo divino), se ve ultrajada por los propios hombres. En una sociedad capitalista, donde el concepto del dinero impera mundialmente por sobre los hombres, y ha sustituido la dignidad que subyace del trabajo, por una dignidad que se ve dispuesta por el salario. Todo trabajo por pequeño que sea le otorga dignidad al ser humano, pero en la actualidad esta dignidad no se reconoce. Bajo la mirada humana actual, la cantidad de dinero que se obtiene corresponde direccionalmente a la dignidad de una persona. Sin embargo, ¿Todo trabajo entrega la dignidad que nos otorgó el ente creador?, por supuesto que trabajar como narcotraficante, sicario o proxeneta, no entrega dignidad, sino por el contrario desvirtúa al hombre, debido a que el trabajo que Dios entrega a la humanidad, es creado en principio y fin para la adoración de él en si mismo, más que de la creación, de la dimensión material o exaltación del propio hombre. El trabajo se configura como un servicio a Dios, y este debe ser realizado buscando la imitación de él.
El trabajo no debe ser extendido por un periodo largo, o en otras palabras la criatura humana no puede vivir para y por el trabajo, debido a que debe tener una delimitación. Dios, al descansar en el séptimo día sin aún terminar la creación, nos establece una dimensión temporal nueva y específica, además de la introducción del descanso (Gn 2:3). Por ende, el descanso del trabajador esta respaldado por la teología creacionista, y los humanos no deberían abusar del trabajo excesivo por parte de los trabajadores que tienen a cargo, debido a que se denotaría como una “explotación laboral”.
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