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PARALELISMO ENTRE EL CANTICO DE ANA Y EL MAGNIFICAT


Enviado por   •  9 de Julio de 2014  •  1.272 Palabras (6 Páginas)  •  2.457 Visitas

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CÁNTICO DE ANA 1 Sam 2,1-12 CONTESTA LO SIGUIENTE:

 ¿Está bien puesto este salmo en boca de Ana?, En otras palabras puede afirmarse con claridad que este salmo está dentro de su contexto original y adecuado? ¿Cómo explicar la referencia el rey en el v.10, si todavía no ha nacido la monarquía? ¿por qué lo habrá puesto el autor en boca de Ana?

R=Según los comentaristas modernos al ver el contexto, el canto de Ana, iría mejor después del v. 20, cuando acaba de nacer el niño. Además, ésta acción de gracias termina haciendo referencia al rey (2,10), cosa inconcebible en una época en la que no existe la monarquía. Por consiguiente estas no son las palabras que pudo pronunciar Ana cuando consagro su hijo a Dios. Fueron compuestas con otro motivo. El poema ha sido interpretado como himno, canto de victoria de un rey que vuelve de la guerra. Los momentos de la subida al trono de un nuevo rey eran aprovechados generalmente por los pueblos sometidos para intentar rebelarse contra él. Su juventud e inexperiencia daban alas a los deseos de independencia. Eran momentos adecuados para pronunciar discursos altivos y arrogantes. Rebelarse contra el nuevo rey es atentar contra el Señor. Podemos leer el canto de Ana desde la óptica del salmo 2 entonado por el monarca en el momento de peligro. Este Señor poderoso en la creación y en la historia, que confunde los planes de los arrogantes y exalta a los humildes, se pone de parte de “su rey”.

Pero el canto expresa una referencia más explícita dentro de esta interpretación monárquica. “Su rey” es David. De él, puede decirse que fue levantado del polvo para sentarlo entre príncipes y que herede un trono glorioso. Desde el comienzo del libro, el autor anticipa lo que contará más tarde: la historia del humilde pastor, olvidado incluso por su padre y sus hermanos, que terminará convirtiéndose en rey de Judá e Israel. David, como ningún otro puede sentirse alegre de lo que Dios ha hecho por él, de cómo lo salvó de sus enemigos, y puede confesarlo como su Roca.

Esto explica por qué el autor situó este himno en boca de Ana. El autor del libro lo situá en el siguiente contexto: Ana, la mujer despreciada, humillada, que lloraba amargamente y no quería comer, ha experimentado un cambio radical en su vida gracias a la intervención de Dios y este salmo le venía al autor como anillo al dedo para expresar los sentimientos de la protagonista.

Desde un primer momento se oye hablar de un “yo” que se alegra, un dios que salva y unos enemigos derrotados. Era fácil aplicarlo a la enemistad de Fenina hacia Ana, enemistad acompañada de “discursos altivos” y “arrogantes”. Y la referencia posterior a la estéril abría una nueva posibilidad de aplicación a nuestra historia. El salmo, aunque constituya un manifiesto anacronismo en boca de Ana, refleja muy bien sus sentimientos y constituye una espléndida enseñanza sobre la forma de hablar de Dios.

Al comienzo del libro, Ana podía ver a Dios como su adversario, el culpable de su desgracia. Ahora le faltan palabras para alabarlo. Es la causa de su alegría y de sus risas, autor de su salvación; el Dios santo y la roca donde puede refugiarse fuera del alcance de sus enemigos; el Señor que todo lo sabe y sopesa las acciones, guiando la historia de manera sorprendente.

Y esa forma misteriosa de realizar sus planes se expresa hablando de un cambio a tres niveles: militar (valientes-cobardes), económico (hartos-hambrientos) y personal (madre estéril-madre de muchos). La persona de fe como Ana, ve detrás de ello la acción de Dios: muerte y vida, éxito y fracaso, pobreza y riqueza, humillación y exaltación “levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre”. Y está opción por los débiles no la hace un Dios débil, sino el Creador de los pilares de la tierra, sustentador del orbe.

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