Palabras Alusivas día Del Maestro

PALABRAS ALUSIVAS POR EL DIA DEL MAESTRO

Otra vez el acto, el discurso, y muchos con la necesidad de que el tiempo pase para volver a la rutina. Podríamos vivir toda una vida así, “en lo mismo” y sin embargo la historia nos invade con ejemplos de hombres y mujeres que no quisieron vivir “en lo mismo” y marcaron un surco profundo y sin fin, atravesándolo todo, como Domingo Faustino Sarmiento, en nuestra patria. Y hoy, homenajeamos al “Maestro”. Para mí, el primer gran Maestro y Educador ha sido Jesús de Nazaret; por algo la historia se divide a partir de su llegada a este mundo: AC/DC. Específicamente quiero citar al libro de JUAN 13. 12-15: “después de haberle lavado los pies se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: ‘¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies UNOS A OTROS. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.’ ” Que simple ejemplo que encierra una actitud de grandeza: El Maestro a los pies del discípulo en un gesto de entrega y cariño…

Me pregunto ¿Cuántos de los presentes tienen esa actitud todos los días?; ¿Cuántos se comprometen en el DAR y en el COMPARTIR? Porque al fin y al cabo, discípulos y maestros somos todos. “LOS UNOS A LOS OTROS” dijo el Maestro Jesús, todos aprendemos de todos y todos enseñamos a todos. Y suena tan fácil así… Es que si hablamos del “Maestro” debemos prestar mucha atención a la ley fundamental, la más importante norma de convivencia, la lección de la vida, el valor supremo: EL AMOR. Hoy mis palabras están apuntadas al AMOR que cada Maestro sembró, siembra y sembrará a quienes lo rodean. Nada puede construirse sin la premisa del AMOR… y no es utopía, es realidad ¡Que mejor que llegar a un aula y sentir la presencia del AMOR! y como efecto dominó las demás virtudes surgen solas: el respeto, la comunicación, la solidaridad, la armonía y la paz. Y estoy convencida que si desde nuestro lugar enseñamos y aprendemos con el compromiso que infunde el AMOR, ya no será todo “lo mismo”, habrá un cambio desde el corazón del hombre hacia la Patria y el mundo. Hoy, empecemos a dar lo mejor de nosotros “UNOS A OTROS”. Dejemos de excusarnos de que lo tiene que hacer el de al lado, que no sé, que no puedo, que no tengo tiempo, que esto no es para mí. Una Patria grande se construye con millones de corazones GRANDES, y la grandeza comienza cuando llenamos nuestras vidas de actos sencillos y humildes como el de ENSEÑAR y APRENDER… por supuesto con AMOR.

Prof. Paula Mariela Caruso-

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