Papa Pio XII Y Los Judios
Enviado por Ryuk3Z • 29 de Mayo de 2014 • 782 Palabras (4 Páginas) • 200 Visitas
Documentación histórica frente a leyendas
Algunas reacciones al documento vaticano "Nosotros recordamos: una reflexión sobre la Shoah"
han vuelto a relanzar las acusaciones contra la actuación de Pío XII durante la II Guerra Mundial. El
historiador Pierre Blet, uno de los autores que se encargaron de publicar los documentos de la Santa
Sede relativos a la Segunda Guerra Mundial (1), rechaza algunos de esos tópicos en un artículo
publicado en La Civiltà Cattolica (21-III-98), del que ofrecemos una síntesis.
Cuando las acusaciones se fundan en documentos es posible discutir la interpretación de los
textos, verificar si han sido malinterpretados, asumidos acríticamente, mutilados o seleccionados
en una determinada dirección. Sin embargo, cuando se construye una leyenda con elementos
disparatados y con la imaginación, no tiene sentido la discusión. Lo único que se puede hacer es
oponer al mito la realidad histórica probada por documentos incontestables. Con ese propósito, el
Papa Pablo VI autorizó en 1964 la publicación de los documentos de la Santa Sede relacionados con
la Segunda Guerra Mundial.
El trabajo duró más de quince años y fue llevado a cabo por cuatro padres jesuitas: Angelo
Martini, Burkhart Schneider, Robert A. Graham y el autor del artículo [Pierre Blet], con la
colaboración del padre Robert Leiber, que había sido secretario privado de Pacelli durante treinta
años. Viendo que estos volúmenes seguían siendo desconocidos, incluso para muchos
historiadores, retomé lo esencial y las conclusiones en un nuevo libro: Pie XII et la seconde guerre
mondiale d'après les archives du Vatican, París, Perrin, 1997.
No se ocultan documentos incómodos
En dicha documentación no se encuentra ningún rastro de la pretendida parcialidad
filogermánica que Eugenio Pacelli habría asimilado durante el periodo transcurrido en la nunciatura
de Alemania.
Pero la acusación que vuelve una y otra vez es la de que permaneció en silencio ante las
persecuciones raciales contra los judíos, de modo que dejó correr la barbarie nazi. Los documentos
muestran los tenaces y continuos esfuerzos del Papa para oponerse a las deportaciones, sobre cuyo
destino la sospecha crecía cada vez más. El aparente silencio escondía una acción secreta a través
de las nunciaturas y los episcopados para evitar, o por lo menos limitar, las deportaciones, las
violencias, las persecuciones. Las razones de tal discreción están explicadas claramente por el
mismo Papa en diversos discursos, en las cartas al episcopado alemán o en las deliberaciones de la
Secretaría de Estado: las declaraciones públicas no hubieran servido de nada,
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