Paz Verde

En un país de grandes dificultades como Colombia, en el que la brecha social es cada día mayor a pesar de los enormes esfuerzos que se hacen, el aporte de la responsabilidad social de las empresas que asumen su compromiso con la comunidad con seriedad, convirtiéndola en parte de la visión corporativa, puede ser considerado el gran soporte que el país necesita para alcanzar un desarrollo sostenible no sólo en lo económico, sino social y ambiental.

Son muchos los experimentos realizados por las empresas que han producido un gran impacto social. En Latinoamérica Colombia se destaca por la importancia que se le ha dado a las fundaciones empresariales y las acciones empresariales directas, enfocadas en aspectos como la salud, la educación, el deporte, la recreación o el medio ambiente entre otros.

El desarrollo de políticas encaminadas a favorecer a personas con discapacidad se ha convertido en un reto por la inserción e igualdad, en el que estas personas se convierten en un grupo de interés, del cual es necesario aprovechar su potencialidad y talento, a través de programas de promoción laboral.

Incorporar la dimensión discapacidad en la responsabilidad social incluye una serie de compromisos, acciones y prácticas que empresas como Alkosto asumen de manera decidida para cumplir los fines sociales. Desde el año 2005, cuando el Almacén dio vida a un Convenio para proporcionar trabajo a la población con discapacidad cognitiva, la empresa ha abierto espacios y modificado situaciones, con un propósito innovador que implica la revitalización del grupo humano, y el aumento de la productividad y la ventaja competitiva.

La empresa ha comprendido que para ser socialmente responsable debe transformarse desde su interior, con una práctica consecuente que imprima confianza y proyecte una imagen sólida entre sus clientes.

La Alianza de la Fundación Best Buddies con Alkosto que inició operaciones con las donaciones de los clientes, bajo el nombre de “Dona tus vueltos”, se transformó en una acción decidida y comprometida cuando logró la incorporación de trabajadores con discapacidad cognitiva. Una prueba de la autenticidad del compromiso con los valores adquiridos, es el reto que la empresa ha debido afrontar debido a que los individuos con discapacidad, en Colombia y debido a esta misma condición, no pueden firmar contratos de trabajo o de otra índole, sino por intermedio de sus tutores, cuidadores o padres.

No obstante, el proyecto ha seguido adelante y se han tomado las medidas que se requieren para lograr la aceptación del Proyecto por parte del resto de los trabajadores de la empresa y del público en general. Incorporar este tipo de trabajadores, en principio como empacadores, trajo consigo, además de las dificultades legales, otra serie de problemas como el aprendizaje de la función, la coordinación y ajuste de su labor con la de otros empleados como los cajeros para evitar entre otras cosas los cuellos de botella.

La empresa ha comprendido que su función no se limita a recaudar fondos, recibiendo unos “vueltos”, sino que debe actuar sobre el entorno para transformarlo. En este sentido, el proyecto tiene como fin último que los nuevos trabajadores con discapacidad

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