Pedir la ayuda al Señor
Enviado por luisyomar5 • 19 de Octubre de 2011 • Informe • 855 Palabras (4 Páginas) • 504 Visitas
EL AYUNO DE UN DISCÍPULO
Hermanos y hermanas, hoy les comparto estas Escrituras que nos direccionan al deseo de Dios para cada uno de sus hijos. Por las próximas semanas los hombres de Dios estaremos buscando el corazón de nuestro Padre Dios, y aprender esas cualidades de su carácter empezará por esforzarnos y ayunar a la manera bíblica, como a Dios le agrada...
Joel 2:12-14
Ahora bien -afirma el Señor-, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque Él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga. Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer, y deje tras de sí una bendición. Las ofrendas de cereales y las libaciones son del Señor su Dios.
2 Crónicas 20:3-4
Atemorizado Josafat decidió consultar al Señor y proclamó ayuno en todo Judá. Los habitantes de todas las ciudades de Judá llegaron para pedir juntos la ayuda al Señor. (NVI)
2 Crónicas 20:3-4 (Versión Dios Habla Hoy <DHH>)
Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá, y la gente de Judá Se reunió para pedir ayuda al Señor. De todas las ciudades de Judá llegó gente.
Mateo 6: 16-18
Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino sólo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.
El ayuno era practicado por los judíos desde hacía muchísimo tiempo, pero el sentido que Dios le dio al ayuno era algo del corazón, con sentimientos de depender de Dios.
Si voy a ayunar, no se trata de hacer una “huelga de hambre”, sino más bien es un tiempo de ir a Dios en oración. Si siento miedo, voy a orar. Si hay sentimientos en mi vida que no están en dominio de Dios, tengo que ayunar. Así como lo hizo el rey Josafat que sintió mucho miedo, lo habló con todo el pueblo para que ayunaran en busca de la ayuda del Señor.
El ayuno es dar todo de uno mismo para la reconciliación con Dios. El ayuno no es un sacrificio con el que pueda enmendar mis acciones, más bien es un sacrificio para “preocuparnos” o “dedicarnos” a orar más profundamente. Es para estar todo el tiempo pensando en Dios. El ayuno demanda de todo tu corazón, un corazón entregado a Dios, como cuando Jesús fue tentado en el desierto… Cristo puso todo de sí en su ayuno a Dios.
Lucas 18:9-14
Debo cuidar mi corazón perverso y engañoso. Si ayuno, no tengo por qué sentirme mejor que otros hermanos, ni mucho menos seguro de mi mismo de ser justo, porque
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