Pistas Para La Lectio Divina Mateo 6, 7-15
Enviado por adonailibrebria • 24 de Marzo de 2014 • 866 Palabras (4 Páginas) • 632 Visitas
Pistas para la Lectio Divina
Mateo 6, 7-15: Nuestra conversión: orar como hijos. “Deben orar de esta manera” Padre fidel Oñoro
En nuestro camino cuaresmal, que tiende a despertar y vigorizar en nosotros la gracia bautismal, la Palabra de Dios va creando en nuestro corazón las actitudes y sentimientos de Jesús, el Hijo amado, que hemos de expresar en nuestra vida de discípulos.
El Evangelio de este día nos lleva otra vez al “discurso de la montaña”, para aprender allí en la contemplación y la escucha del Maestro, a orar y a vivir como hijos de Dios.
1. Renovar la relación de amor con el Padre (6,7-8)
El Padre nuestro es la oración de Jesús, el Hijo amado, quien por pura gratuidad nos participa lo que Él es, nos hace iguales, hijos en él y como él hasta el punto que podamos dirigirnos al Padre con su mismo espíritu: “¡Abbá, Padre!” (Romanos 8,15).
Enseñándoles el Padre nuestro, Jesús comparte con los discípulos la relación de amor que vive con el Padre; por eso, los discípulos “no multiplican las palabras como los paganos” (Mateo 6,7) pues tienen puesta la confianza en el Padre que los ama y conoce sus necesidades: “Ustedes no recen de ese modo porque antes de que pidan, el Padre sabe bien lo que necesitan” (6,8).
2. El Padre Nuestro (6,9-13)
“¡Padre!”. Jesús no le decía a Dios Padre, sino “Abbá” que es una expresión de familiaridad propia del niño en la relación con su papá”. En español podríamos decir “Papaíto, papito lindo”. Esto, nos deja entender que Jesús trató siempre a Dios con la confianza de un niño a su papá, y así quiere que hagamos también nosotros.
Palabra “Nuestro” nos hace reconocer que es en la paternidad de Dios donde se fundamenta nuestra fraternidad, somos hermanos, porque hijos amados del Padre, ¡todos venimos de la misma Fuente!
En las siete peticiones del Padre nuestro, Jesús nos enseña a pedir al Padre lo que Él mismo quiere darnos.
Las tres primeras peticiones
(1) Santificado sea tu Nombre: Que el Padre sea reconocido como Dios por todos.
(2) Venga tu Reino: Que al reconocernos como hijos de Dios podamos vivir en la justicia, la igualdad y la solidaridad; el Reino del Padre es la fraternidad de sus hijos.
(3) Hágase tu Voluntad: que realice su proyecto eterno sobre cada uno de nosotros reproduciendo en todos la imagen de su Hijo (Romanos 8,28).
Con estas primeras peticiones, Jesús nos enseña que la oración es salir de sí mismo y entrar en sintonía con el corazón del Padre para querer lo que El quiere de nosotros, porque sabemos que el Padre nos ama y nos quiere felices.
Las otras tres peticiones
Las cuatro peticiones siguientes nos hacen mirar al Padre como el dador de todo bien, que cuida y se compadece de sus hijos.
(4) “Danos
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