Resporte De Elctura De Dorian Grya

Ensayo de un multifacético escritor de cuentos de nuestra realidad.

Posiblemente, ni en mis más recónditos y sensatos pensamientos, esos que espontáneamente aparecen cada tanto en mi mente para carcomerme la banalidad que suele abundar en ella, creí ponerme a escribir algo sobre Carlos Monsiváis. No me pregunten el porqué, tan sólo jamás me llamó la atención investigar sobre él, por lo tanto, no tenía mucho, por no decir “tirándole a nada” que decir sobre ésta personalidad mexicana. Probablemente mi cuasi aberración a la política y cualquier tema que tenga que ver con ello me impidió inconscientemente buscar información alguna, tomándolo en cuenta simplemente como un periodista de renombre y con una opinión que más de uno escuchaba atentamente y tomaba siempre en cuenta.

El sábado todo México estaba al tanto del suceso: murió un gran literato mexicano, el cronista-ensayista, el revolucionario, el amante de los gatos. Y no sólo en nuestro país se dio a conocer el suceso, si no a nivel Latinoamérica: uno de los máximos representantes de la literatura contemporánea en México había fallecido. Personalidades de diferentes áreas asistieron al homenaje de cuerpo presente que se le realizó, por todos lados se bombardeó con respecto a su vida y su

obra, a sus aportes, a sus hechos y a sus opiniones. A pesar de ello, seguía sin tener idea de quien fue.

Indagando en el insólito mundo alterno que representa el Internet, hallaba un poco de lo mismo: la noticia de su fallecimiento apareciendo infinidad de veces en la casi interminable lista de “resultados de búsqueda realizados” por el muy fiel para todos Google. Totalmente insatisfecha y frustrada por ello, traté, después de leer una biografía del escritor, una nueva búsqueda: escritos realizados por él. Siendo inexistentes, o al menos eso percibí, algún libro en formato electrónico de Monsiváis, me decidí por leer artículos realizados por él. Y, admito, me sorprendí de lo que hallé.

Relatos sencillos y prácticos de lo que sucede en nuestra sociedad actual, con unos bien marcados tintes de reproche e ironía en ellos, mostrando lo que creo que muchos solemos pensar: una clara inconformidad. Líderes políticos, problemas sociales, reconocidos personajes y rastros de una cultura lentamente mutilada son algunos de los temas que surgían links tras links. Una increíble variedad de opiniones, siempre tan marcadas en ciertos ámbitos, muy acertadas y, principalmente, sinceras y realistas. Lo que me llevó a concluir, en primera instancia, que Carlos Monsiváis era valiente:

mientras la verdad prevaleciera, no importa lo que diga el mundo, el conocimiento es para compartir, y conocer es saber, saber realidades, porque la verdad nos hará libres.

Conforme seguía revisando, una gran cantidad de documentos seguían apareciendo de la nada: escritos simples sobre asuntos cotidianos en una ciudad tan variada como lo es ésta. Comencé a entender poco a poco ese sentimiento reflejado en sus crónicas, la visión precisa de lo que ocurre, incluyendo lo más obvio y que resalta a la vista de todos, pero nuestro conformismo y falta de conocimientos nos deja totalmente desprovistos ante temas directamente ligados a nuestras formas de vida.

Monsiváis fue un crítico veraz, ya que su amplia gama de conocimientos y cultura general le permitía comprender cualquier tema con el que se topara y fácilmente analizarlo, creando así escritos descriptivos de lo sucedía alrededor. Un total interesado en asuntos

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