Rosa De Jerico
Enviado por MA136 • 17 de Septiembre de 2014 • 1.013 Palabras (5 Páginas) • 233 Visitas
La Rosa de Jericó, que inspiró una leyenda, es un preciado amuleto que se utiliza para bendecir los hogares ahuyentando las malas influencias y atrayendo la paz, el poder y la abundancia al mismo. Según la creencia confiere suerte en los negocios, habilidad en el trabajo, ofrece salud, fuerzas, felicidad y, sobre todo, tiene la propiedad de trasformar las energías negativas en positivas en el lugar donde se encuentre. Creyentes y no creyentes de todo el mundo reconocen su belleza, la cuidan y cultivan.
Cuenta la leyenda que estando Jesús orando en el desierto, La Rosa de Jericó le perseguía tenazmente arrastrada por los vientos. Se detenía una y otra vez a sus pies y así le acompañaba. Al despertar del alba, la planta se abría con la humedad del rocío y ofrecía al Maestro las gotas de agua posadas sobre sus ramitas. Jesús, sediento tras una noche de oración, calmaba su sed tomando con sus dedos el agua que le ofrecía la planta. Agradecido por haberle apagado la sed, la bendijo. Esta leyenda se extendió por todos los continentes y pronto llegaron a considerarla una Flor Divina.
COMO USAR LA ROSA DE JERICÓ
Llena la vasija de agua. Con la mano derecha sumerje la Rosa de Jericó despacio, con las raíces hacia abajo, a la vez que pronuncias estas palabras:
Yo te adopto Rosa de Jericó y te doy la bienvenida a mi hogar (o negocio), para que finalice tu errar por los desiertos y encuentres en este humilde lugar tu mansión definitiva. Te doy el nombre de...(déle un nombre, el de un ser querido o el que usted prefiera), y prometo cuidarte y respetarte siempre. Te ruego que protejas mi casa (o negocio) de todo mal, por la bendición que de Jesús recibiste y su infinita misericordia.
La rosa de Jericó comenzará a abrirse poco a poco durante las próximas horas, hasta desplegar por competo sus ramitas. Puedes acompañarla mientras se abre y disfrutar de un espectáculo único, viéndola despertar a la vida.
Tres días le dejarás el agua sin cambiársela y sin hacerle petición alguna. Puede ocurrir y es normal, que en estos tres días encuentres el agua turbia, sucia o con un fuerte olor. Aún así , no deberás cambiarle el agua en estos tres días.
Al cuarto día, tira el agua de la vasija enjuaga la Rosa muy delicadamente, y también la vasija, que volverás a llenar de agua para depositar la planta otra vez.
Durante los próximos cuatro días, enjuagar la rosa y cambiará el agua de la vasija diariamente. Tampoco hagas petición alguna.
Estos siete primeros días de limpieza son muy importantes. En su primer contacto con el agua - probablemente después de muchos años-, la rosa de Jericó aprovecha para desprenderse de sus esporas, como lo haría encontrándose en su medio natural (desiertos, estepas). La reacción que se produce en algunas de ellas como resultado de la mezcla de las esporas con el polvo acumulado, la tierra, etc y el agua de vasija, puede generar una especia de pelusilla o puntos blancos. Si esto se produce, elimina con sumo cuidado todas las impurezas ayudándote de un bastoncillo de algodón humedecido.
Al séptimo día la Rosa habrá cumplido su proceso de limpieza
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