Sacrossanctum concilium
Enviado por CÉSAR HERNÁNDEZ • 21 de Octubre de 2019 • Ensayo • 1.804 Palabras (8 Páginas) • 239 Visitas
SACROSANCTUM CONCILIUM
CRISTIAN CAMILO OSPINA TORO
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Pbro. HUGO CORTÉS SEPÚLVEDA
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Contenido
Sacrosanctum Concilium 3
Capítulo I 4
Capítulo II 5
Capítulo III 5
Capítulo IV 6
Capítulo V 7
Capítulo VI 7
Capítulo VII 7
Bibliografía 9
Sacrosanctum Concilium
Esta constitución está particularmente centrada en la sagrada liturgia. Para iniciar con las reformas y renovaciones que presenta este documento, es preciso centrarnos en la introducción, la cual nos da una vista muy general de lo que es en sí la liturgia de la Iglesia. La liturgia es el pleno ejercicio del Sacerdocio de Cristo, en el cual los fieles expresan el misterio de Cristo y la naturaleza de la verdadera Iglesia. Presenta a la Iglesia como humana y Divina.
En el primer capítulo de este documento encontramos los principios generales de la reforma litúrgica. Todo lo iniciamos con el gran proyecto salvífico del Padre realizando y consumado en Cristo; el artículo 5 de este capítulo expresa textualmente “Por esto en Cristo se realizó plenamente nuestra reconciliación y se nos dio la plenitud del culto Divino”. Es en la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo donde nace el sacramento de la Iglesia entera. Este misterio de salvación, de redención se actualiza y se continua en la liturgia, por medio del bautismo podemos participar y ser agregados a los miembros de la Iglesia (S.C 6). Desde el día de pentecostés hasta la actualidad, no se ha dejado de celebrar el misterio pascual de Cristo, la actualización de la persona de Cristo.
Para que está presencia de Cristo sea veraz la Iglesia se vale esencialmente de la acción litúrgica, por excelencia en la santa eucaristía, por medio del sacerdote y bajo las especies eucarísticas (S.C 7). La Sagrada Escritura fortalece esta fe al acudir a Mt 18, 20. Sin embargo no se limita la acción de la Iglesia en la liturgia, la realización de diversas actividades religiosas y piadosas acrecienta la fe del pueblo de Dios, siendo llamados a la conversión, pues no pueden creer en quien no han oído, así lo expresa Rom 10, 14-15.
El artículo 11 menciona las necesidades de disposición por parte de los fieles, dando prioridad a la entera voluntad de la persona en la participación de las acciones litúrgicas. Esta misma voluntad conlleva a la realización de actividades piadosas en medio de los fieles; el artículo 13 resalta que estas prácticas religiosas gozan también de una dignidad especial, pues van regidas bajo mandato del Obispo.
Siguiendo con los criterios establecidos por este documento, encontramos ahora la adecuada manera de formación clerical y laical, es necesario que quien vaya a formar en la liturgia reciba antes una formación especial en los institutos destinados para ello, esto en lo que concierne a los laicos. Para el clero es indispensable la formación bajo los aspectos teologales, históricos, espirituales, pastorales y jurídicos.
Capítulo I
Artículo 22: “La reglamentación de la sagrada Liturgia es de competencia exclusiva de la autoridad eclesial”. Este artículo expresa claramente la originalidad de las reformas dentro de la acción litúrgica, pues nadie, aun siendo sacerdote (Art. 22- Par.3.) está en el derecho de cambiar o añadir algo por pura iniciativa. Una reforma litúrgica exige una minuciosa contemplación para que pueda ser llevada a cabo pues debe tenerse en cuenta las leyes generales de la estructura litúrgica. Es importante actualizar la liturgia para el pueblo de hoy, pero siempre debe hacerse bajo el pleno consentimiento de la Iglesia, con el fin de conservarse el misterio de Cristo. Se debe tener presente que la liturgia es una acción de unidad, no es una acción privada, en la cual cada ministro debe realizar solo aquello que le corresponde. Con respecto a los ritos, se pide una sencillez, al ser breves, claros y puntuales (Art.34).
Ahora saltamos de la liturgia a la predicación y la catequesis. En esta se pide esencialmente la Sagrada Escritura, la cual pueda dirigir a los catequizados hacia una catequesis netamente litúrgica.
La reforma presenta también las posibilidades de cambio en lo que respecta a la lengua, conservándose por esencia la lengua latina, también será incluida la vernácula, debidamente aprobada. (Art.36).
Para finalizar el primer capítulo tenemos presente la comisión litúrgica diocesana, la cual busca promover la acción litúrgica bajo la autoridad del Obispo.
Capítulo II
Este capítulo abarca lo que se refiere al sacramento de la Eucaristía. Empezamos diciendo que la última cena es el génesis de este sacramento, pues Cristo en la noche que sería entregado, instituyo el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre. (Art. 47).
Como mencionamos anteriormente, la participación de los fieles debe ser activa y totalmente voluntaria, para que esto se cumpla el S.C determina que los ritos deben simplificarse, conservándose la sustancia de los mismo. Parte de la liturgia eucarística es también la homilía, esta debe realizarse entre la liturgia de la Palabra y la oración sobre las ofrendas. En algunos casos puede omitirse, excepto los domingos y fiestas de precepto. (Art.52). Para que los fieles puedan participar más perfectamente de la eucaristía será apropiado que luego de comulgar el sacerdote lo hagan también ellos.
El artículo 56 nos menciona las dos partes que tiene la Sagrada Eucaristía: la liturgia de la Palabra y eucaristía, las cuales están tan unidas entre sí, que conforman un solo acto de culto. Con respecto a la concelebración, determina este documento que será el Obispo quien reglamente la disciplina de ésta en su diócesis. Cada sacerdote tiene la facultad de celebrar la misa individualmente, pero no al mismo tiempo en una misma iglesia. (Art.57).
Capítulo III
Este capítulo abarca los demás sacramentos y sacramentales, los cuales determinan la santificación de los hombres, en la plena edificación del cuerpo de Cristo, dando así el mayor culto a Dios, así lo refiere el artículo 59. La Iglesia Instituye los sacramentales, que son signos sagrados según el modelo de cada sacramento. Cabe señalar que cada sacramento puede ser celebrado en la lengua vernácula.
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