Secundaria

Mateo 5:8

Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.

Jesús se preocupaba por nuestro corazón

Lo primero que aprendemos de esta bienaventuranza es que Jesús se preocupada por nuestro corazón. No es suficiente limpiar nuestros actos por fuera.

Una mirada más profunda nos lleva a ver en Jesús al pobre, que sin nada vino al mundo y sin nada se irá, siendo señor de todo lo creado.

La bienaventuranza que vamos a reflexionar tiene que ver con el corazón humano y sus condiciones; El corazón es según su condición limpio o sucio; sincero o hipócrita, bueno o malo, altruista o malvado. Debemos dejar claro los elementos que se analizan en esta bienaventuranza, los limpios del corazón son herederos de una promesa: "Verán a Dios". Son dos palabras que al entender toda su magnitud de la promesa hecha por Cristo: Limpio y Corazón.

La comunidad cristiana es eucarística porque comparte un mismo pan y porque comparte sentimientos y bienes entre los hermanos. A esto se siente conducida por el hecho de comer de un mismo pan: Cristo, asimilado, unifica a todos los miembros hasta el punto de que "todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía" (Hch 4,32).

Después de 60 días del Domingo de Resurrección, se recuerda Corpus Christi que significa el Cuerpo de Cristo, representado en la Hostia Consagrada para proclamar la fe de la comunidad católica, destinada a celebrar el sacramento de la Eucaristía que fue institucionalizada por Jesús en la última cena.

Como es costumbre, las celebraciones de Corpus Christi, incluyen una procesión en la que la Hostia representará el mismo Cuerpo de Cristo que se exhibirá en una custodia.

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