Tecnologico De Mazatlan

Capítulo 1 borrador:

Las estrellas caían.

La luz cada vez la cegaba más, ella trataba de no ver al cielo de alejarse de aquella luz tan infernal, pero era imposible. Sus ojos se habían enamorado de aquella de luz de aquel sufrimiento. Era el caos, los edificios ardían, había sangre por todas partes, la gente corría sin saber siquiera a donde ir, solo algunas personas como Lissa se habían parado a mirar lo que caía del cielo, todos aquellas personas tenían algún en común noto Lissa, todas ellas tenían una marca que nunca antes había visto pero que sin embargo le resultaba extrañamente familiar, era una estrella o al menos eso parecía.

Algunos la tenían en las piernas, otros en el pecho, en el ombligo, en el cuello incluso en la frente, y a todos les brillaba, parecía como si se las hubieran marcado con fuego, era bellísima pensó Lissa, por alguna razón la luz que emanaban las marcas logro llamar más la atención de Lissa que las llamas que caían del cielo. Entonces sintió como su muñeca ardía ante un fuego celestial que en vez de lastimarla parecía darle seguridad como si la mantuviera segura de todo el caos que ocurría, quería envolverse en ese fuego abrazador, y sentirse segura por siempre. Entonces cuando estaba por entregarse a ese fuego un ruido la saco de su sueño.

Era su alarma. Lissa despertó de inmediato estaba empapada de sudor, y tenía lágrimas en los ojos, estaba aterrada, aquel no había sido un sueño normal, era algo distinto, lo había sentido todo muy real. Cuando salió de la cama todavía algo perturbada, para ir al baño Lissa sintió un ardor en la muñeca, era en la parte donde el fuego la había consumido en el sueño, era como si su sangre ardiera en llamas y la quemara por dentro.

Pensó que era un efecto colateral del sueño, como cuando sueñas que te disparan sientes el dolor punzante en el lugar donde dio la bala. Pero ese ardor ya no era normal. Al ver que el dolor no desaparecía. Lissa decidió mojarse la mano con agua helada, pero el ardor seguía era imposible calmarlo, así que se resignó y espero que no fuera nada grave.

Se dio una ducha larga y reconfortante aprovechando que todavía faltaba una hora y media para entrar a el colegio, se cepillo su cabello, se puso algo de rubor de las mejillas y un poco de brillo rosa en los labios lo suficiente como para no parecer prostituta callejera.

Se veía más linda esa mañana pensó Lissa, como si con cada año que pasara su apariencia fuera mejorando. Lissa era una chica guapa eso estaba claro, tenía un cabello castaño claro, con ligeras ondas que caían en sus hombros, un rostro fino y rasgos delicados. Su nariz respingada, y su cuerpo bien moldeado. Sus labios carnosos y su postura elegante, unos ojos cafés avellana y una estatura promedio. Nunca se había quejado de lo que tenía y no había deseado cambiar nada de su cuerpo como muchas adolescentes de su colegio.

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