Teología de la vocación

TEOLOGÍA DE LA VOCACIÓN

I. RESUMEN

La vocación fundamental de la vida

- La vida adquiere un sentido sagrado

- Primer llamado a la vida

- Lo que es gratuitamente recibido, deberá ser gratuitamente entregado.

- El amor oblativo como signo de madurez personal

- Plenitud cuando es capaz de entregar la vida en favor de los demás.

- …vivir una vida para el servicio

La vocación común bautismal

- Esencialmente seguimiento de Cristo y no se puede reducir a la mera realización personal. Supone el amor vivo y personal a Jesucristo y el deseo profundo de reproducir sus rasgos en la propia vida.

- Sin cultura vocacional es difícil que las personas lleguen a descubrir un camino específico de seguimiento del Señor y a optar por Él. Sin conciencia vocacional difícilmente se puede hablar de madurez cristiana. He aquí la importancia de evangelizar la vocación de todos los creyentes, precisamente para que lleguen a desarrollar convenientemente su fe.

- El cuidado de la vocación está íntimamente relacionado con la vida de la gracia y la relación personal con Dios. La vocación es fundamentalmente vida espiritual.

- Los cinco valores vocacionales: unión con Dios, seguimiento de Cristo, pobreza, castidad y obediencia.

- Unión con Dios: expresar el amor a quien es la fuente de ese amor. Es el Espíritu que ora en nosotros. Un hombre unido a Dios por medio del silencio, de la reflexión y la oración, es un hombre más pleno y más perfecto.

- Seguimiento de Cristo: el amor lleva naturalmente a la imitación de los valores que existen en aquel a quien amo. Cuando una persona se decide a reproducir en sí mismo los rasgos de Cristo, ya se encamina hacia su propia plenitud personal, porque en la persona de Jesús reconoce al modelo de hombre, al hombre perfecto.

- La pobreza: lograr una libertad suficiente ante los bienes materiales, no esclavicen sino como dueño de sí mismo. Recto uso de los bienes. Consiste en un modo de amar. Sé amar cuando usando los bienes materiales, porque gestionándolos, hago el bien a todos, llenado su corazón de gratitud y de vida.

- La castidad: integración de la sexualidad en la personalidad. Todo se halla en vías de ser integrado en una única personalidad. La persona casta sabe amar más, ama con profundidad. Hace más pleno al hombre porque le ayuda a trasmitir con su cuerpo y su sexualidad el mismo mensaje amoroso que anhela trasmitir con su afecto y su razón. Traduzco en mi cuerpo y mi sexualidad la caridad que procede de Dios.

- La obediencia: poner por encima de la voluntad otros intereses mayores, movido por el amor. Una persona disponible y obediente es más plena y más libre. Su plena disponibilidad es una manifestación del amor siempre dispuesto a Dios.

- El nivel humano: asumir de manera consciente y libre la propia naturaleza humana. El proyecto de Dios consiste en eso: que lleguemos a ser hombres de plenitud. Si algo llama la atención de la persona de Jesús, de su modo de vivir y de morir, es precisamente su perfección humana.

Vivir con conciencia el nivel humano de la vocación implica comprenderse a sí mismo siempre como persona en camino, que se está haciendo. Es aceptar el reto de un continuo crecimiento y maduración: buscar el equilibrio y anhelar la más plena realización de todas las dimensiones de la persona.

Una perspectiva comunitaria: establecer relaciones humanas

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