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Tiempo de Cuaresma


Enviado por   •  22 de Marzo de 2014  •  Trabajo  •  11.140 Palabras (45 Páginas)  •  163 Visitas

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Cuaresma es un caminar durante cuarenta días, el inicio del camino, esos cuarenta días para la Pascua, se inicia el Miércoles de Ceniza (5 de marzo) con la imposición de la ceniza y con una invitación a creer en el evangelio.

En el primer domingo de Cuaresma (9 de marzo) nos encontramos con el ‘HOMBRE’, el hombre que es tentado, y aprendemos con Jesús, que las tentaciones no son malas en si, son hasta necesarias, porque nos hace personas maduras. ¡Cuánto de esto tendrían que contarnos nuestros enfermos!, ¡cuántas tentaciones a lo largo de su enfermedad! y sin embargo aprender a crecer en paciencia, en humildad, en oración, en fe.

En el segundo domingo de Cuaresma (16 de marzo) nos encontramos con la experiencia de DIOS en el Tabor. El Tabor, es el lugar donde nuestros enfermos llegan después del trajinar a diario, a descansar de los dolores y del sufrimiento, lugar de encuentro con Dios que los abraza con su bondadosa misericordia, son momentos de dicha, de esperanza que les ayuda a mantenerse en la noches y en las penas. Estos momentos de teofanía no son perennes, pero dejan huella en los corazones de nuestros enfermos.

En el tercer domingo de Cuaresma (23 de marzo) nos encontramos con el AGUA de la samaritana, una simbología de que el hombre siempre tiene sed, independientemente de su situación; podríamos decir que en sí el hombre es sed, ya que siempre está insatisfecho, y más nuestros enfermos, que como mínimo tienen sed de salud y también sed de amor, del Dios amor; por tanto, su sed es infinita y Cristo, el agua viva que puede saciar esa sed.

En el cuarto domingo de Cuaresma (30 de marzo) nos encontramos con la LUZ, la ceguera de este hombre simbolizaría los momentos de enfermedad, en los que se dan muchas noches, en ocasiones muy densas, se espera con ansia que llegue el alba para dar gracias por el nuevo día, se siente la necesidad de la luz de Cristo y de ser nosotros luz, se necesita esa luz material que lleve luz al corazón. Aquí entra en juego la importancia de las miradas. Se dan como tres necesidades: ver a Jesús, ver como Jesús y también de ser luz.

En el quinto domingo de Cuaresma (6 de abril), la secuencia de la resurrección de Lázaro nos ofrece un canto a la VIDA. Es cierto que la muerte está allí, que camina a la sombra de la vida; la enfermedad se puede considerar una muerte física, pero también suele venir acompañada de la muerte psicológica por la tristeza o por la soledad, o la muerte sociológica ocasionada por la inadaptación, o la muerte espiritual por la dureza de corazón. Y en todas está el Espíritu de Dios que es vivificante, que puede remover todas las losas de nuestros sepulcros.

• PRIMER DOMINGO DE CUARESMA 2014:

Tiempo de Cuaresma.

PRIMERA LECTURA DE LA MISA

Creación y pecado de los primeros padres

Lectura del Libro del Génesis 2, 7-9; 3, 1-7

El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de

vida y el hombre se convirtió en ser vivo.

El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que

había modelado.

El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de

comer; además el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien

y el mal.

La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había

hecho. Y dijo a la mujer:

—¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardín?

La mujer respondió a la serpiente:

—Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol

que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: «No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena

de muerte.»

La serpiente replicó a la mujer:

—No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis

como Dios en el conocimiento del bien y el mal.

La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable porque daba inteligencia;

tomó del fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió.

Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos;

entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

SALMO RESPONSORIAL DE LA MISA

Salmo responsorial Sal 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17

V/. Misericordia, Señor, hemos pecado.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad;

por tu inmensa compasión borra mi culpa.

Lava del todo mi delito,

limpia mi pecado.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.

V/. Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado.

Contra ti, contra ti solo pequé,

cometí la maldad que aborreces.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.

V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.

V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso.

Señor, me abrirás los labios,

y mi boca proclamará tu alabanza.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.

SEGUNDA LECTURA DE LA MISA

Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 5, 12-19

Hermanos:

Lo mismo que por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la

muerte, y la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron...

[ Pero, aunque antes de la ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba

porque no había ley.

Pues a pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que

no habían pecado con un delito como el de Adán, que era figura del que había de venir.

Sin embargo, no hay proporción entre la culpa y el don: si por la culpa de uno

murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don

de Dios desbordaron sobre todos.

Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del

pecado de uno: la sentencia contra uno acabó en condena total; la gracia, ante una

multitud de pecados, en indulto. ]

Si por la culpa de aquél, que era uno sólo, la muerte inauguró su reino, mucho más los

que reciben a raudales el don gratuito de la amnistía vivirán y reinarán gracias a uno sólo,

Jesucristo.

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