Un don que se ordena a los demas

Un don que se ordena a los demás.

VER (analizar los hechos):

En la actualidad es difícil encontrar personas que den una parte de su vida sin pensar en recibir algo a cambio. Dar y recibir se ha convertido en juego de etiqueta lo cual impide vislumbrar la vida como un don y serlo en la vida puesto que el imperialismo del egoísmo domina la mayor parte de la sociedad, en las familias se fomenta el individualismo hasta el punto de la saciedad.

El servicio se valora como algo humillante o como algo que se tiene que hacer para conseguir algo a cambio.

El bien común, la solidaridad, la misericordia no se entienden, puesto que ya no se cuentan con personas que den testimonio de ello o que simplemente se hable de estos temas; y no se hace porque piensan los mayores “eso ya no lo hacen los demás” y los más jóvenes la barrera de no entender estas acciones.

Ganar, nunca perder, ser astuto, tener éxito, dinero, fama, gozar de prestigio, tener muchos likes en Facebook, retwittear mis publicaciones o que a todos les gusten las fotos que mando a Instagram, es el ambiente en que niños, jóvenes e incluso adultos se mueven. Los ancianos que vivieron una época fecunda de buenos testimonios de solidaridad, de misericordia son poco valorados, sus palabras no son escuchadas ni atendidas. Ellos son catalogados como los “ya pasó eso de moda”.

El tener es lo de hoy, tener carro, celular, ropa de marca, buenos perfumes o lociones, una buena botella, los buenos trajes o vestidos es la carta de presentación. Y decimos “Tener llena mi vida, pero si no hay me frustro me hace sentir mal”. La vida se reduce a un par de palabras: placer y poder.

JUZGAR (lectura desde la fe de los hechos y la realidad):

En muchos espacios de la sociedad, en la familia, la escuela, el trabajo e incluso en los espacios de la Iglesia hemos escuchado al menos una vez la expresión “la vida es un don” pero pocas veces encontramos alguien que se tome el tiempo de explicarnos este regalo, como se desenvuelve, como se disfruta, como se comparte.

A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre se ha cuestionado como alcanzar la felicidad y ha encontrado en cada respuesta sincera y objetiva tiene en común el tener en cuenta al prójimo.

La presencia de cada ser humano cuenta, es valorada, es recordada, es un don en sí mismo, pero este don alcanza su madurez cuando entiende su pleno sentido en el servicio (Rm 12, 6-8).

El servicio como expresión del amor, es un don que se ordena a los demás.

ACTUAR (proponer cambios personales y grupales):

La palabra don tiene muchos sinónimos como lo son: presente, regalo, milagro, dádiva, gracia, merced, donativo.

El hombre puede llegar a ser don cuando en su libertad decide donerse al otro, darse al otro (Mt 7, 20). Dios nos concede gracia tras gracia porque Él mismo es el Don por excelencia. Se nos

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