Un líder Como Jesús

El liderazgo efectivo comienza desde adentro. El peor impedimento para guiar como Jesús es un corazón motivado por el egocentrismo; que da lugar a la idea de “doy un poquito, tomo un montón”, las personas que tienen un corazón motivado por el egoísmo ponen sus propias agendas, seguridad, posición y gratificación por encima de los que resulten afectados por sus pensamientos y acciones.

Para saber si un líder se sirve a sí mismo o sirve a los demás hay tres patrones de conducta que nos pueden servir: cómo manejan las reacciones de otros, cómo prevén la posibilidad de que alguien los sustituya y cuál es su perspectiva respecto de quién guía y quién sirve.

Los líderes que se sirven a sí mismos pasan la mayor parte de su tiempo protegiendo o promoviendo las cosas en las cuales han invertido sus valores personales y su seguridad. El mayor temor de estos líderes no es fallar sino perder su poder y posición porque a ellos han puesto todo su valor personal y su seguridad. Pasan la mayor parte del tiempo protegiendo lo que les pertenece y si alguien quiere dejarlos fuera de juego se llevan la pelota. Las posesiones para estas personas son una expresión importante de quiénes son.

Los líderes que sirven a los demás creen que su posición e influencia les han sido prestadas por aquellos a quienes sirven, están más anuentes a ver las reacciones como un regalo en lugar de una amenaza. Aún cuando las reacciones puedas ser dolorosas por ser negativas y creen que pueden encontrar la verdad y algo que mejore su liderazgo.

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