Velad y Orad
Enviado por natillin • 26 de Octubre de 2014 • Ensayo • 1.002 Palabras (5 Páginas) • 315 Visitas
Velad y Orad
¿Existe algún vigilante nocturno que duerma? Si consideramos la palabra "vigilante" solamente como título o nombre, la respuesta es sí. Pero si nos referimos al trabajo que suponemos que debe hacer un vigilante, la respuesta es no. El que vigila no puede darse el lujo de dormir. Estaría fallando en su responsabilidad y pondría en peligro tanto su propia seguridad como la de sus compañeros. Un vigilante debe vigilar.
¿Existe algún discípulo que no ora? Si consideramos la palabra "discípulo" como simple distintivo de un oficio, la respuesta es sí. Pero si tomamos en cuenta la confianza en la oración que el Maestro mostraba, y que cada discípulo también debe manifestar, la respuesta es no. Un discípulo que no ora, no está imitando a su Señor. Un discípulo que no ora, no es un discípulo. Un discípulo que ora solamente para guardar las apariencias, solamente está fingiendo ser un discípulo. El vigilante debe estar atento y despierto; el discípulo debe considerar la oración constante como vital para la salvación.
El vigilante está atento a la mañana, esperando el amanecer del gran día de Cristo y tratando de prepararse para su venida.
¿Cómo puede un vigilante velar y orar al mismo tiempo? ¿Descuidará su vigilancia mientras ora? ¿Descuidará sus oraciones mientras vigila? Ninguna de las dos cosas. La vigilancia es una actitud mental. Es un vivo anhelo por el regreso del Señor y un intenso deseo de servirlo. El fervor del vigilante proviene de su dependencia de Dios y Su palabra (Hechos 40:32) y de su constante comunión con su Padre por medio de Cristo el Salvador. Velar y orar son dos actividades interdependientes, que se apoyan una a la otra, y ambas son parte del amor por su venida (2 Timoteo 4:8).
¿Debemos contentarnos con estar atentos a las señales de los tiempos? En otras palabras, ¿es todo el trabajo del vigilante estar atento a las señales? ¡No! Una atención adecuada a estas señales es parte esencial de la formación del verdadero vigilante; pero debemos recordar que es posible estar tan preocupados con las señales como para olvidar que es al Señor a quien esperamos y no solamente las señales de su venida. Los fariseos estaban continuamente buscando y preguntando por señales, y se consideraban a sí mismos como intérpretes expertos. Pero a pesar de su vigilancia, no reconocieron al Mesías cuando vino. Debemos estar verdaderamente atentos a la venida de Cristo, pero cuidemos de no perdernos en especulaciones humanas acerca de las cosas divinas. Los verdaderos vigilantes están bien informados y sus corazones son rectos: "Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas" (Juan 1:45). Los vigilantes de Dios prestan atención a la palabra de Dios y a su crecimiento espiritual en Cristo.
Los vigilantes se preparan para la venida de Cristo: "Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte" (Isaías 26:9).
Los vigilantes meditan en Dios, Sus maravillas, obras y promesas, y en la seguridad de Su verdad.
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