Vida Madre Catalina Maria De Rodriguez
Enviado por miriam1961 • 7 de Octubre de 2014 • 1.255 Palabras (6 Páginas) • 244 Visitas
“La Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez; en el siglo Josefina Saturnina Rodríguez de Zavalía, nació en la ciudad de Córdoba (Argentina), el 27 de noviembre de 1823”.[1]
Sus padres Hilario Rodríguez Orduña y Catalina Montenegro, que conformaban un hogar profundamente cristiano, la bautizaron ese mismo día en la Iglesia Catedral de Córdoba.
Saturnina era la tercera hija del matrimonio, le precedían Manuela y Petrona. Tres años después del nacimiento de la sierva de Dios llegaría María, quien luego se haría llamar Estaurófila; tras la llegada de la misma quedan huérfanas de madre. El dolor volvería a signarla 6 años después al morir su padre, momento desde el cual quedó al total cuidado de sus tías, las del Signo Orduña, quienes se ocuparon de su crianza y formación. Quien asumió con mayor énfasis esta tarea fue Eustaquia del Signo, que tuviera la misma edad de la madre muerta y que llamaban “Mamita Eustaquia”.
Esta niña pertenecía a una distinguida familia de la aristocracia cordobesa que vivía una sólida fe cristiana; y la educación que ella recibió fue acorde a dicha condición social y a la realidad de la época, donde la familia cristiana debía defender sus valores en medio de luchas políticas y militares.
A los 17 años, contando con el ejemplo de Eustaquia del Signo en la atención de los Ejercicios Espirituales[2] que eran dirigidos por los sacerdotes de la Compañía de Jesús, decidió hacer sus primeros EE.EE. Es aquí cuando se despierta su vocación religiosa, mas, no encontró en aquel momento el lugar adecuado donde consagrarse a Dios; pues las únicas familias religiosas existentes en Córdoba, Carmelitas Descalzas y Monjas de Santa Catalina, eran de vida contemplativa y en ellas su aspiración de entregarse a Dios en el apostolado activo no encontraba respuesta. Esto la llevó a dedicarse al servicio de los EE.EE y continuar bajo la dirección espiritual de los sacerdotes jesuitas.
En 1848, al ser expulsados los jesuitas de Córdoba, Saturnina toma como director espiritual a un sacerdote del clero secular llamado Tiburcio López, quien ejerciera una fuerte influencia en ella cuando insistentemente la pretende en matrimonio el coronel Manuel Antonio de Zavalía. Al respecto encontramos en la Positio la referencia de este hecho:
“El coronel Zavalía, que era amigo del confesor de la joven, le impuso bajo amenazas de suicidio torcer la voluntad de Saturnina para aceptar el matrimonio. Esta conducta provocó en el Sacerdote el temor de una resolución extrema de Zavalía, por lo cual presionó de tal manera el ánimo de la Sierva de Dios, que ella se vio, con las palabras de su director, declarada responsable de la salvación de un alma. Y en una resolución heroica, Saturnina tomó como voluntad de Dios la aceptación del matrimonio con Zavalía.”[3]
Es así, que en 1852 contrae matrimonio con Zavalía, quien era viudo y tenía dos hijos, Benito y Deidamia, que eran fruto de su primer matrimonio. Saturnina, a quien su única hija le naciera muerta, se dedicó enteramente a ser una verdadera madre para los dos niños.
Acompañó a su esposo en todo momento, espiritualmente cuando él se veía involucrado en acciones bélicas y personalmente cuando lo trasladan en 1860 a la ciudad de Paraná, dejando en cada lugar, un testimonio de entrega incondicional en su vida matrimonial y de piedad y celo apostólico, tanto en la sociedad paranense como cordobesa; pues al regresar ,en 1861, a su ciudad natal continua sirviendo los ejercicios espirituales y busca a través de su parentesco con el Presidente de la República, Santiago Derqui, que vuelvan los jesuitas a Córdoba.
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