Visión Del Futuro De Los Lamanitas
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VISION DEL FUTURO DE LOS LAMANITAS
Elder Spencer W. Kimball
Discurso pronunciado el 3 de Noviembre de 1947, en la Conferencia
Lamanita, Mesa Arizona.
Traducido por Eduardo Balderas
Mis queridos hermanos y hermanas, deseo
referirme a uno o dos pasajes del Libro de Mormon:
“Ahora bien, lo que nuestro padre quiere decir
concerniente al injerto de las ramas naturales, por
medio de la plenitud de los gentiles, es que en los días
postreros, cuando nuestros descendientes hayan
degenerado en la incredulidad, sí, por el espacio de
muchos años, y muchas generaciones después que el
Mesías sea manifestado en la carne a los hijos de los
hombres, entonces la plenitud del evangelio del Mesías
vendrá a los gentiles; y de los gentiles vendrá al resto
de nuestra posteridad.
Y en aquel día el resto de los de nuestra posteridad sabrán que son
de la casa de Israel, y que son el pueblo del convenio del Señor; y
entonces sabrán y llegarán al conocimiento de sus antepasados, y
también al conocimiento del evangelio de su Redentor, que él ministró a
sus padres. Por tanto, llegarán al conocimiento de su Redentor y de los
principios exactos de su doctrina, para que sepan cómo venir a él y ser
salvos. “ (1 Nefi15:13-14)
“Y significa que viene el tiempo, después que toda la casa de Israel
haya sido dispersada y confundida, en que el Señor Dios levantará una
nación poderosa entre los gentiles, sí, sobre la superficie de esta tierra; y
nuestros descendientes serán esparcidos por ellos.
Y después que nuestra posteridad haya sido dispersada, el Señor
Dios procederá a efectuar una obra maravillosa entre los gentiles, que
será de gran valor para nuestra posteridad; por tanto, se compara a que
serán nutridos por los gentiles y llevados en sus brazos y sobre sus
hombros.
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Por tanto, los sacará otra vez de su cautividad, y serán reunidos en
las tierras de su herencia; y serán sacados de la oscuridad y de las
tinieblas; y sabrán que el Señor es su Salvador y su Redentor, el Fuerte
de Israel.” (1 Nefi 22: 7-8, 12)
Grandes promesas se hicieron en estos versos a la Casa de Israel de la cual
vosotros sois parte, Iban a venir gentes de esta continente que esparcirían a los
lamanitas. Entonces iba a seguir el establecimiento de una grande nación entre los
Gentiles, que afligirían a los lamanitas, pero al que por fin les llevaría la luz del
evangelio.
Colon descubrió América. Después de él llegaron muchos exploradores y
colonizadores. Los puritanos y los peregrinos, quienes eran de la mejor gente de
Europa, vinieron a América para establecerse y buscar hogares. Entonces, de
acuerdo con las escrituras, nación una grande nación, formada de entre los Gentiles.
Por cuatrocientos años los lamanitas fueron esparcidos y expulsados por ellos.
Cortés, Pizarro y varios otros fueron culpables de mucho de esto. Pero en fin, hace
unos cientos setenta años, se estableció la nación más grande debajo del cielo, una
nación que iba a conceder libertad religiosa para que el evangelio pudiera ser
restaurado. Así fue que cuando hubo suficiente libertad religiosa de tal manera que
las aves del cielo no podían comerse la semilla del evangelio, ni se perdería entre
las piedras, se restauro el evangelio mediante los Gentiles. Salio a la luz el Libro de
Mormon y se tradujo de las planchas sobre las cuales se hallaba la historia de los
primeros habitantes. Cumplieronse las profecías relativas a que estos preciosos
anales habrían de ir a los Gentiles, y por ellos llevados a los lamanitas, y que estos
saldrían “de la oscuridad y las tinieblas”.
Así es que el evangelio ha venido a vosotros. Sois la levadura que leudara la
masa. Esta es nuestra tierra y pertenece a nosotros que somos de la casa de Israel, y
de la cual vosotros sois parte. Es la tierra más preciosa y abundante de todo el
mundo, y todo lo que contiene está reservado para nosotros. Leemos lo que dice
Doctrina y Convenios en tocante a esto:
“de cierto os digo, que si hacéis esto, la abundancia de la tierra será
vuestra, las bestias del campo y las aves del cielo, y lo que trepa a los
árboles y anda sobre la tierra; sí, y la hierba y las cosas buenas que
produce la tierra, ya sea para alimento, o vestidura, o casas, alfolíes,
huertos, jardines o viñas; sí, todas las cosas que de la tierra salen, en su
sazón, son hechas para el beneficio y el uso del hombre, tanto para
agradar la vista como para alegrar el corazón.” (D.YC. 59:16-18)
Las Americas encierran mucha de la riqueza del mundo. En fuerza hidráulica,
en metales, en bosques, en depósitos petrolíferos, en las muchas riquezas naturales
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la tierra es rica y producirá en abundancia. Es para todos nosotros y para vosotros,
pero solamente con la condición de que vivamos de acuerdo con los mandamientos
de Dios. Se ha prometido protección a los pueblos de las Americas en contra de sus
enemigos, y ningún rey, ni emperador, ni imperio, ni combinación de éstos podrá
jamás subyugar a América, si su pueblo vive de acuerdo con los mandamientos del
evangelio de Jesucristo.
Ahora bien, a Dios le agradaría vernos disfrutar de todas estas abundancias del
mundo. Creó la tierra para nosotros, y nos puso sobre ella para que nos
probásemos. No quiere que ninguno de nosotros sea pobre, o se muera de hambre o
de frío, sino quiere que nosotros gocemos de todas esta ricas bendiciones que nos
ha dado sobre esta tierra. Pero hay ciertos mandamientos que cumplir. Sabemos
cuáles son: No matarás; no cometerás adulterio; no robarás; debéis conservar
vuestros cuerpos limpios, y sanos y fuertes, viviendo de acuerdo con la Palabra de
Sabiduría y la Ley de Castidad. Debéis tener limpias vuestras mentes llenándolas
de pensamientos útiles y constructivos. Debéis apoyar a las autoridades de la
Iglesia, y esto se refiere no solamente a las Autoridades Generales de la Iglesia,
sino que debéis apoyar a las autoridades de vuestra misión y a las autoridades de
vuestras ramas, y debéis amaros, y honraros, y apreciaros el uno al otro. Quiere
decir que observareis el día del Señor para santificarlo, que pagareis vuestros
diezmos
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