El deporte del hombre
Enviado por Carlos Martin Torres • 16 de Julio de 2019 • Ensayo • 531 Palabras (3 Páginas) • 205 Visitas
El deporte del hombre.
Juan Villoro hace un relato dentro de su texto literario de las habilidades que deben tener los jugadores de futbol, él lo menciona en un inicio, que, para poder lucir en este deporte, lo principal es tener un buen equipo, y lo describe en palabras del entrenador Geronazzo, cuando le pidieron la receta para la corona, respondió: “La primera vez que los vi me dije: ‘Ningún equipo puede jugar bien si tiene más del 30% de bobos’. Bajé el porcentaje y fuimos campeones”.
También hace mención que en el futbol no depende de músculos sino también de la imaginación, que es el arte de saltar y jalar camisetas, también comenta que las destrezas más significativas como son; la finta espectral, el pase al hueco cómplice, el amague de angustia, la pelota recuperada al anticipar la oscura intención del enemigo. Él lo llama picardía y que los jugadores de talla mundial se lo saben de memoria.
Así mismo menciona que el futbolista debe tener una mente rápida y certera, y pone como ejemplo al futbolista Romario, que es capaz de fintar a tres defensas con el hombro.
Menciona que hay reglas para estar alegres, y menciona que el fútbol también existe cuando la pelota no está en juego, y pone como ejemplo el festejo de los goles. Hace alusión a la anotación normal y desemboca en un abrazo colectivo, pero también pone ejemplos como el del jugador Hugo Sánchez que da voltereta.
También muestra Juan Villoro como los jugadores deben de disciplinarse, mostrar su inteligencia y sobre todo tener la capacidad de concentrarse para poder dar alegrías a su afición y también permite quedar bien con la familia y con su nación. Un ejemplo de ello es cuando en el Mundial de Francia Rivaldo besó con frenesí su alianza matrimonial y Zidane, descendiente de argelinos, besó la camiseta azul para lograr, según Le Nouvel Observateur, el gesto de integración racial más importante de la posguerra.
Hace referencia a los psicólogos deportivos, que recomiendan salir al campo con cabeza fría. Resistir las vejaciones de los tifosos del Milán o los forofos del Real Madrid, aceptar que el gol legítimo sea negado por una pifia del silbante, soportar con donaire los escupitajos son requisitos mínimos para no ver una tarjeta roja.
También menciona que hay dos atributos cerebrales decisivos para el juego: el placer y la burla, donde comenta que las grandes jugadas no tienen otra motivación que el gusto de hacerlas y nuevamente pone ejemplos: Cuando Valderrama, Hagi o Beckham duermen en el empeine una pelota caída del cielo, no tienen tiempo de pensar en la situación de su equipo en la tabla ni en el profesionalismo que los comprometen con sus colores; actúan movidos por una dicha elemental.
En cuestión de la burla comenta: “un futbolista nunca es tan inteligente como cuando se vuelve impredecible. El engaño
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