Ensayo de TISG

DEDICATORIA:

“A mis padres, que son el mayor motivo de mi vida. A mis compañeros de aula, que me brindaron su apoyo y me ayudaron en la elaboración de este trabajo. A mi hermano Christian, debido a que gracias a él, pude concluir mi trabajo”

Contenido

EL SOFTWARE LIBRE        

¿Qué es el software?        

Inicios        

El proyecto GNU        

La GPL: copyleft para todos        

Linux        

CONCLUSIÓN        

REFERENCIAS        

EL SOFTWARE LIBRE

¿Qué es el software?

El software es una producción inmaterial del cerebro humano y quizá una de las muchas cosas que la humanidad no logra comprender del todo. De hecho, los expertos en computación aún no tienen claro su funcionamiento, su comportamiento, sus paradojas y sus límites. Para comprender mejor, un software es un plan de funcionamiento para un tipo especial de máquina “virtual” o “abstracta”. Una vez escrito mediante un lenguaje de programación, el software se ejecuta en ordenadores, que eventualmente se convierte en la máquina en la cual funcionará el plan de funcionamiento. El software permite la relación de hombre a máquina o también máquinas entre sí. Sin ese conjunto de operaciones, los ordenadores solo serían objetos inertes sin ninguna función en particular.

Los ordenadores sólo procesan el lenguaje binario, llamado también código-maquina; pero para las personas, este no es un modo válido de comunicarse.  Si bien este código es imprescindible para la lectura del ordenador, los programadores no escriben las operaciones en código binario, pues es tedioso, improductivo y sujeto a errores. Ellos utilizan un lenguaje formal, llamados “de alto nivel”, bastante cercanos al inglés, aunque con ciertas reglas sintácticas que lo asemejan a los lenguajes lógico-formales. Esto facilita enormemente el trabajo de los programadores, pero aún así, los ordenadores deben tener esa información en código-maquina. Para ello, existen programas denominados compiladores los cuales convierten el lenguaje formal a binario. Lo que escribe el programador es conocido como código fuente. Al resultado de la conversión (compilación) en lenguaje máquina, se le denomina código-objeto, binarios o ficheros ejecutables.

En principio, a los usuarios comunes solo les interesan los binarios, pero es de vital importancia recalcar la diferencia entre el código fuente y los binarios para entender el porqué del empeño de los partidarios del software libre en disponer las fuentes. Pero el software libre es más que el derecho de los  usuarios a tener acceso al código fuente: significa también la libertad de copiar y redistribuir esos programas.

Esos derechos, o su ausencia, condicionan al usuario al modo de uso de su ordenador y han configurado la industria del software y de la informática tal y como la conocemos hoy en día. También origino un movimiento social –el software libre- cuya historia será relatada brevemente.

Inicios

La informática de los años sesenta y setenta junto con el nacimiento de una cultura hacker era permisiva con respecto a su software, debido a que se le otorgaba al usuario la capacidad de acceder al código fuente de gran parte de los programas. Debido a la diversidad de plataformas, la comunidad científica solía acceder al código fuente con el fin de poder ejecutar el programa en cualquier otro ordenador. Esta acción era común, ya que las personas veían que programar los beneficiaba a ellos y a los demás. Los hackers copiaban los programas, intercambiaban sus fuentes, podían estudiarlas, evaluarlas, adaptarlas a un nuevo entorno. 

Pero, a principios de los años ochenta, surge un nuevo modelo privatizador y mercantilista. Los ordenadores, que en ese entonces estaban caros y no accesibles al público común, se volvían baratos y potentes. Además, aparece un nuevo negocio, el de los productores del software. Los programas se empezaron a comercializar independientes de las máquinas y solo con el código binario, para ocultar las técnicas de programación a la competencia. Esta nueva industria empezó a apoyarse en la legislación sobre la propiedad intelectual. Lo que era práctica habitual se convirtió en delito.

Al tiempo que los sistemas van haciéndose incompatibles entre sí, la comunidad de investigadores se va desmembrando poco a poco. Muchos hackers ficharon por empresas y firmaron contratos en los que se comprometían a no compartir el código fuente. Los laboratorios de investigación obligaron a sus hackers a firmar la misma cláusula. Para cerrar el círculo, las herramientas imprescindibles para programar como los compiladores, los depuradores, los editores, eran de propietarios y se vendían a elevado precio, todo esto afín de impulsar la naciente industria del software.

El proyecto GNU

Algunos hackers se negaron a adoptar está nueva cultura, de hecho, consideraron la privatización un verdadero atentado a los mismos cimientos del proceso de conocimiento. Se cuestiona que la propiedad intelectual sea un derecho intelectual, y se percibe como una práctica socialmente detestable.

Con esta idea, nace el proyecto GNU (acrónimo que significa Gnu’s Not Unix, es decir, Gnu no es Unix) con ayuda de Richard M. Stallman, un hacker del Laboratorio de Inteligencia Artificial del Massachussets Institute Technology (MIT). En el año 1984, Stallman abandona el MIT con el fin de que no interfiera en sus planes, y junto con otros hackers, crea la Free Software Foundation (FSF) en 1985: comienza su labor guiada por una majestuosa visión estratégica.

La FSF se propuso una tarea titánica: crear un sistema operativo completamente libre. La dificultad para crear un SO solo es una pincelada en la obra de estos hackers, debido a que no disponían de las herramientas necesarias para desarrollarlo. Stallman tuvo que iniciar todo desde cero, no tenía modelo bazar, ya que en ese tiempo no existía la universal internet tal como la conocemos. Podemos relacionarlo como construir una casa en la cual se tenga que fabricar las herramientas. Solo contaba con cierta información reciclable que le dejó los años setenta como fragmentos del código UNIX. Por eso, Stallman y el grupo de la FSF tiene reconocimiento especial en la historia del software libre, ya que sin compiladores, depuradores y editores “libres” no habría podido existir lo que vino después, incluyendo el propio “Linux”.

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