Tecnologias computacionales

HERRAMIENTAS COMPUTACIONALES I

UNIDAD II: El Procesador de Palabras

ALUMNO: Cervantes González Eloisa

ASESOR: Tavera Carranza Carlos Gabriel

1. HISTORIA DEL PROCESADOR DE TEXTOS

Podría decirse que la historia de los procesadores de textos inició a la par de que las primeras y más antiguas máquinas de escribir vieron la luz. De hecho, se les considera a estas como los antecesores de los que serían los procesadores de texto que conocemos hoy en día.

Durante el auge de las máquinas de escribir se fue contando con herramientas, aunque escasas, pero útiles para poder corregir errores, éstas fueron la goma, el papel de tinta blanca, o en su defecto, la redacción del texto nuevamente.

A mediados de la década de los años sesenta, la empresa IBM (International Business Machines) diseñó una máquina de escribir magnética que se caracterizó por permitir la corrección de texto sin tener que escribir todo a máquina.

En inicios de la década de 1970, el mercado conoció a los primeros procesadores electrónicos de texto que permitían la corrección de errores mediante la visualización de este en una pantalla antes de pasar por el proceso de impresión, aunque a diferencia de las PC actuales que permiten la compatibilidad con diferentes programas solo permitían trabajar con texto.

Este invento marcó una innovación en la historia de los procesadores ya que, con él, los usuarios podían, por medio de una pantalla, además de borrar; cortar palabras, acomodar párrafos, cambiar el tipo de letra, entre otras funciones sencillas. El único inconveniente que suponían estos procesadores de texto era que aprender a usarlo resultaba complicado y su precio estaba muy lejos de considerarse económico y accesible para las personas de aquella época.

Una década más tarde, los primeros procesadores diseñados específicamente para computadoras personales fueron lanzados al mercado. Éstos consistían en simples editores de texto que ofrecían la posibilidad de mover palabras, cortar párrafos, reacomodar textos, en ocasiones permitían alinear columnas de texto, encabezados, resaltar en negritas y subrayado de palabras.

De manera pronta, fueron apareciendo como funciones agregadas a los procesadores de texto; los diccionarios, diccionarios de sinónimos, correctores ortográficos, y ciertas funciones que facilitaban la posibilidad de ejecutar tareas repetitivas, así también, los programadores dotaron de herramientas para la elaboración y edición de notas.

Años más tarde, los procesadores de texto empezaron a incluir funciones para la creación y edición de gráficos, corrección de gramática, inserción de hipertextos, etc.

Hoy en día, los procesadores de texto actuales nos ofrecen la posibilidad de editar de forma completa cualquier texto y a través del uso de diferentes tipos y tamaños de letras, el poder de resaltar palabras o frases (gracias a las opciones de poner las letras en negrita, cursiva o subrayadas) se puede hacer lucir los documentos de una manera más atractiva a la vista del lector.

En cuanto a la alineación del texto, los procesadores ofrecen opciones como espacios entre párrafos, las sangrías, el color de las letras e inserción de viñetas y listas. Otra característica, de los procesadores actuales es el corrector ortográfico, el diccionario de sinónimos y la posibilidad de poder redactar en diferentes idiomas. Estas funciones detectan faltas ortográficas y sugieren palabras alternativas, sin que se vea alterada la redacción. A esto hay que sumar su capacidad para la inclusión de plantillas, el recuento de palabras, la posibilidad de insertar citas académicas, numerar las páginas, etc.

De la misma manera, han evolucionado al grado de que no sólo permiten trabajar con texto, sino que también permiten la inserción de imágenes y gráficos marcando así una gran brecha entre los procesadores de texto antiguos con los procesadores que contamos hoy en día.

También permiten imprimir tantas copias como el usuario requiera, guardar y volver a visualizar y editar el documento. Hoy en día, los procesadores incluso permiten insertar contenido de otros programas, como es el caso de las hojas de cálculo.

La era tecnológica que estamos viviendo permite que los documentos de estos procesadores puedan ser enviados por correo electrónico o descargados a través de memorias USB, cosa que los usuarios de décadas anteriores no podrían haberse imaginado. También, de la mano del trabajo realizado por distintas aplicaciones para teléfonos celulares, computadoras y, o tabletas electrónicas, tenemos la enorme ventaja y posibilidad de poder visualizar y editar los documentos en diferentes dispositivos, o trabajar en conjunto con otras personas, aunque se encuentre en lugares completamente diferentes y alejados.

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