Acerca De La Convergencia De Medios

Hace pocos años, un video brevísimo, de un puñado de segundos nada más, parecía inutilizable a la hora de hacer periodismo (y también publicidad). Hoy, un Vine, indexado sólo si es necesario y en el lugar preciso, puede tranquilamente generar en el espectador el impacto planeado. Sin embargo, ésta secuencia de 6 segundos no será más que otro engranaje en la inevitable convergencia de medios.

El bohemismo suele cegar a sus militantes -en realidad, qué militancia no lo hace-; los del papel periódico, el radiotransistor, la tele que sólo servía para ver tele, podrían tener sus razones para que todo siga así. Es innegable que la certeza de estar haciendo algo y poder denominarlo le da fiabilidad al procedimiento: me explico: el ejecutivo que recibe cada mañana en la puerta de su casa el diario lo ‘lee’ mientras desayuna o bebe un café, o el taxista, mientras atraviesa una calle cualquiera, ‘escucha’ el boletín informativo de una emisora nacional. Mas el nativo de la era digital ‘navega’ en la red, salta de la página web de un periódico a una columna que cliqueó desde Facebook, y, al dejarla leída en diagonal, busca en Twitter la opinión de la gente, y así se entera. Esta cualidad de la difusión de información y su asimilación como prismática obedece, según estos personajes y muchos otros menos extremistas, al deseo del hombre actual de saciar -cuando no rebasar- el alcance de sus sentidos. Sin embargo, la naturaleza de los medios de comunicación masivos se diferencia de otros fenómenos en los que el vértigo y el desecho de sensaciones es pilárico, como las drogas o la publicidad.

El periodismo tiene como fundamento de su existencia un objetivo social. Las estrategias para la difusión de noticias e información se corresponden con el paso del tiempo. De las carteleras de información de otros tiempos, pasando -incluso- por las estrategias de Hearst y Pulitzer, decanta la historia en una etapa en la que el periodismo debe informar de todas las maneras posibles.

La convergencia de medios abarca tres posibilidades: el audio, el video (estos dos aunados, generalmente) y el texto escrito. Las combinaciones de esta triada generan, como no podía ser de otra manera, la creación de lo que los teóricos llaman “nuevos medios”. Para prescindir de los que no lo son, Lev Manovich (2001) propone cinco principios de los nuevos medios: representación moderna, modularidad, automatización, variabilidad y transcodificación cultural.

En este sentido, el fenómeno de la convergencia de medios es urgente en cuanto a la transformación de las relaciones sociales. McLuhan, por su parte, propone la metáfora de la “aldea global” para referirse a la interacción a escala global como consecuencia (o a partir) de los medios electrónicos de comunicación (1967). Esta red global implica repensar las estructuras de comunicación masiva. Los discursos elaborados

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