Analicis De La Pelicula Jobs
Enviado por Lipz • 21 de Febrero de 2015 • 560 Palabras (3 Páginas) • 216 Visitas
En nuestra anterior entrada (http://eldedoeneldato.blogspot.com.es/2013/09/defensa-de-la-racionalidad-creativa.html), hablamos del concepto de “racionalidad creativa” y lo consideramos como un factor clave para salir de la actual situación de crisis que estamos viviendo. Lejos de ser un término vacío, hoy quisiera demostrarles que hay ejemplos muy significativos que nos enseñan que el éxito, en muchas ocasiones, está asociado a la conexión de ideas que, en principio, pueden parecer antitéticas. Como el pasado viernes 20 de septiembre se estrenó en España Jobs, película que narra la vida del fundador de Apple, hoy vamos a detenernos en analizar algunos de los puntos más relevantes del film.
La Imagen que se ha impuesto de Steve Jobs es la de que se trataba de un visionario que supo introducir innovaciones que han cambiado el panorama tecnológico para siempre: el ordenador personal (a través de sus modelos Apple I, Apple II, Lisa o Mcintosh), el iPod, la tienda online iTunes, el iPhone, el iPad… Siendo ello cierto, no es menos verdad que no es tan conocido que en la trayectoria de Jobs existe un corte radical a partir del conflicto surgido en 1985 en el seno de la propia empresa que él fundó.
Tras la fuerte expansión de la empresa en el período 1976-1981, el proceso se coronó con su salida a Bolsa y la entrada de accionistas externos. La trayectoria llena de éxitos de Apple llevó, posiblemente, a que Jobs no fuera consciente de que la compañía ya no operaba con los mismos condicionantes y parámetros que cuando él la creó en el garaje de su casa. Ahora, había socios que pedían resultados, ejecutivos que controlaban cada partida contable y una compleja estructura que no podía ser gestionada a golpe de genialidad. Para aplacar los ánimos, Jobs fichó a John Sculley quien era, en ese momento, director ejecutivo de Pepsi-Cola. Posiblemente, la intención de Jobs no era regirse por los criterios de gestión que Sculley podía aportar sino, más bien, utilizarlo como fachada para calmar los ánimos de quienes no compartían sus formas de dirigir la compañía. Así, los gastos de desarrollo de nuevos modelos continuaron disparados sin que el afán perfeccionista de Jobs se viera moderado de alguna forma. La historia acabó con la retirada de cualquier función ejecutiva a Jobs y su salida final de Apple, la empresa que él mismo había fundado.
Lo verdaderamente peculiar de esta historia viene después. Tras la salida de Jobs, Apple entró en una dinámica de lenta decadencia que acabó provocando la salida de Sculley y su sustitución por Michael Spindler, primero, y por Gil Amelio, después, hasta que en 1997 se vio en la reincorporación de Jobs como única salida a la casi segura bancarrota. Y su retorno a la cúpula de la empresa no tuvo nada que ver con su primera etapa. Esta vez, todo fue distinto. Siendo capaz, como en los años 80, de continuar encadenando innovaciones
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