C-Lulita
Enviado por adriilu3 • 1 de Abril de 2013 • Tesis • 709 Palabras (3 Páginas) • 365 Visitas
C-Lulita, como las demás células de su pueblo, era alegre, divertida, y siempre estaba sonriendo. Su piel era de un color azul cielo, casi transparente, y a veces tenía un brillo especial dependiendo de cómo se encontrase ese día. Aunque había nacido en Espinar de Arriba, un pequeño pueblo de la médula Espinar, Luli, como la llamaban todos, deseaba recorrer el Mundo, El Cuerpo Humano, tan desconocido para ella, y soñaba con poder visitar algún día otros países y encontrar a otras gentes.
En Espinar de Arriba se respiraba felicidad, pero un día, de pronto, algo cambió, apareció en el pueblo una célula gris que nadie sabía de dónde había salido, era de un gris tan intenso que sólo al acercarse a otra célula le contagiaba su color, y ésta se volvía también gris, se apagaba, y se le marchitaba la alegría, como una flor cuando llega el invierno. Y así se fueron volviendo grises, todas las células, una tras de otra, y de un día para otro, sin darse apenas cuenta, se posó sobre el pueblo una nube gris que pretendía quedarse para siempre. Todas se volvieron grises, menos una, sabéis quién era? Luli, era la única que con esas ganas de vivir, y esa ilusión de conocer, tenía tanta fuerza interior, que aunque una célula gris pasase por su lado no se contagiaba, pensaba que aún tenia muchas cosas que ver, sentir y disfrutar. Luli consiguió mantener la calma, pensaba, e intentaba tranquilizar a sus compañeras, pidiéndolas que no perdiesen la es
peranza.
Pensó que tal vez existiese alguien que pudiese ayudarlas, un lugar donde encontrar respuestas a todas sus preguntas. Por eso, tras recibir un beso de sus padres y aunque las demás la llamasen loca, ella cogió su mochila, metió en ella algo de abrigo, y algo de comer, y emprendió el viaje en busca de alguien que pudiese ayudarlas.
Se adentró entonces por el camino peatonal que hay en la Autopista de la Salud, que es la principal arteria que une todas las ciudades que forman el Cuerpo Humano, por ellas van todas la células y demás habitantes del Mundo corporal, cada uno sabe cual es su función, y todos se respetan.
Por el camino iba feliz, aunque preocupada por las amigas que había dejado allí, bajo la nube gris de su pueblo, pero contenta de salir y conocer el mundo que había fuera. Caminó entre montañas de músculos y atravesó ríos de sangre, y cuando ya creía que no sería capaz de seguir adelante, vio a lo lejos lo que parecía una ciudad enorme, con sus edificios y todo. Los ojos se le abrieron como platos y su corazón volvió a latir con fuerza. Cuando llegó, vió que todas las células que allí habitaban llevaban trajes azules, le preguntó a la primera que se paró a su lado que qué país era este, y esta le respondió:
-estás en Enépola, la capital de Limbia, donde vivimos las células Enépolis, encargadas de la conservación del organismo.
-Ah,
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