Dominio Linux
Enviado por williamjavier444 • 29 de Noviembre de 2012 • 4.756 Palabras (20 Páginas) • 256 Visitas
linux en la empresa
Windows contra Linux
Controladores
de dominio
Santiago Gómez Ruiz
Un controlador de dominio es una entidad administrativa, esto es, no es un ordenador en concreto, sino un conjunto de ordenadores agrupados que se ciñen a unas reglas de seguridad y autenticación comunes. Para regular un dominio, se precisa al menos de un equipo que sea el controlador principal, la fuente primera donde se almacenan las reglas del dominio, y donde serán consultadas esas reglas en última instancia. Un controlador primario de dominio (PDC) puede implementarse tanto bajo Windows como bajo Linux. En este artículo vamos a contrastar ambas implementaciones.
Los servidores a enfrentar correrán respectiva- mente Windows Small Business Server 2003 Standard y Debian 3.1 Sarge R2. Ambos siste- mas están cercanos a su renovación. En el mo- mento de escribir este artículo parece inminente la libe- ración como versión estable de Debian 4 Etch. Del mismo modo, Microsoft ha anunciado que podría comercializar su nueva versión de sistema operativo para servidores (codename Longhorn) para 2007, aunque teniendo en cuen- ta los años de retrasos sucesivos que ha sufrido Windows Vista, no parece muy fiable esa información.
No obstante, en un asunto tan crítico como sistemas operativos de servidor, siempre es más prudente dejar una versión nueva en la calle unos meses antes de ponerla en producción, para pulir posibles errores. En este aspecto, a Debian le precede una fama de solidez inquebrantable, e incluso en entornos donde se puede asumir cierto riesgo, la versión inestable se está utilizando con plena satisfac- ción (de hecho, Ubuntu procede de la rama inestable de Debian). No se puede decir lo mismo de Microsoft, que ha acompañado cada lanzamiento de cada versión de Windows con uno o dos años de Service Packs (revisiones
mayores), parches y demás correcciones sobre aspectos fundamentales del sistema, intentando dotarles de una mínima estabilidad. Así, a Windows 95, famoso por sus constantes cuelgues, le sucedió OSR2, a Windows 98, el rey de las pantallas azules, 98SE, Windows XP va por su segundo Service Pack, intentando cerrar sus interminables agujeros de seguridad, Windows NT tuvo hasta 6 Service Packs, y Windows Millenium nunca llegó a ser usable, siendo probablemente el peor producto que ha salido de Redmond.
Cada una de las instalaciones de prueba atenderán veinte clientes Windows XP SP2.
Los aspectos a comparar entre ambos sistemas ope- rativos serán funcionalidades, rendimiento, instalación, mantenimiento y precio.
Funcionalidades
Para que un ordenador con Linux pueda explorar una red Windows, acceder a sus recursos, compartir los propios, autenticarse o, como en el caso actual, ser el controlador de un dominio, tiene que ejecutar un conjunto de programas agrupados bajo el nombre Samba. El nombre del protocolo
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Linux+ 2/2007
linux@software.com.pl
que se utiliza para ello es SMB, pero al estar el acrónimo registrado por Microsoft, no se pudo utilizar y se sustituyó por Samba. La his- toria completa se puede encontrar en http:// es.wikipedia.org/wiki/Samba_(programa)
Samba tiene una limitación muy impor- tante gestionando dominios, y es que en su versión estable actual no puede manejar polí- ticas de grupo, ni soporta active directory. La versión 4, en desarrollo sí podrá hacerlo, pero aún no está en condiciones de ser usada en un entorno de producción.
Esto quiere decir que si para la insta- lación prevista es imprescindible el uso de active directory o de políticas de grupo, NO podrá usarse Linux.
Por lo tanto, y muy superficialmente, las diferencias funcionales más evidentes entre los dos modelos son:
• Linux integra administración remota con Webmin, que admite todo tipo de módulos, y puede accederse desde cual- quier equipo corriendo cualquier plata- forma. Windows se administra desde la consola de Microsoft, que está limitada a los módulos predefinidos por Micro- soft y sólo funciona en plataformas Win- dows;
• Windows soporta active directory y Li- nux aún no;
• Aunque ambos sistemas soportan su pro- pia versión de terminal server, las sesio- nes serán del propio sistema. Es decir, no podemos pedir que un equipo con Linux sirva sesiones terminal server de Windo- ws, ni lo inverso.
El rendimiento
Existen las pequeñas mentiras, las grandes mentiras y los benchmarks
Un servidor son sus recursos. Cualquier puesto de trabajo suele correr con al menos 256 ó 512 MB de RAM, mientras el servidor puede que disponga de 2 GB para atender 30 puestos, gestionar comunicaciones, ficheros, web, email y dos docenas de servicios más. Por esto, el rendimiento es fundamental en la elección del sistema.
En 1999, Microsoft empezó a considerar seriamente la amenaza del software libre a su hegemonía sobre el mercado. Desde entonces se han sucedido infinidad de campañas pu- blicitarias, cada una con su correspondiente batería de pruebas, testeos y argumentos más o menos escandalosos. El factor común de to- das estas campañas ha sido su fracaso, ya que no han frenado en absoluto el crecimiento y el desarrollo de productos libres alternativos a los de la multinacional.
Tras examinar una decena larga de ben- chmarks comparando servidores Windows con servidores Linux, he llegado a la con- clusión de que éstos se podrían clasificar si- guiendo dos criterios. El primer criterio sería su financiación, esto es, testeos financiados directa o indirectamente por Microsoft, o eje- cutados por sus proveedores inmediatos (Ve- ritest, Mindcraft...), y testeos ejecutados por entidades independientes (Itweek, ZD...). El segundo criterio sería el resultado; hay ben- chmarks tanto favorables a Windows como favorables a Linux.
Sorprendentemente (o no), los dos crite- rios coinciden, de modo que las pruebas su-
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Windows contra Linux
fragadas por Microsoft demuestran sin lugar a dudas una gran superioridad de los siste- mas Windows, mientras que aquellas reali- zadas de forma independiente muestran de forma general que los sistemas Linux son más rápidos, estables y seguros.
Idealmente la prueba de rendimiento debería hacerse en la propia instalación final, lo cual es irreal, ya que obligaría a mucho más trabajo y a adquirir previamente un conjunto de licencias nada baratas que probablemente nunca lleguen a usarse.
Independientemente de la guerra de los benchmarks, hay una serie de hechos objeti- vos que deben tenerse en cuenta para estimar el rendimiento final:
• Los servidores Windows no pueden
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