Dragón Eléctrico Es Muy Fuerte
Enviado por c3britha19 • 29 de Septiembre de 2013 • 2.909 Palabras (12 Páginas) • 462 Visitas
Psicología y desarrollo infantil
El estudio del comportamiento de los niños desde el nacimiento hasta la adolescencia, se conoce con el nombre de psicología infantil o psicología evolutiva, incluye sus características físicas, cognitivas, motoras, lingüísticas, emocionales y sociales. Los psicólogos infantiles intentan determinar como las variables ambientales y las características biológicas, interactúan e influyen en el comportamiento, así como explicar como se interrelacionan los cambios conductuales.
Historia:
Desde tiempos muy remotos tanto Platón como Aristóteles escribieron sobre la infancia. Platón sostenía que los niños vienen dotados de habilidades específicas que su educación puede potenciar. Sus puntos de vista se mantienen hoy en día en relación a las diferencias individuales ante una misma educación. Aristóteles, a su vez, ideó métodos de observación del comportamiento infantil que fueron precursores de los que hoy se aplican.
En el siglo XVIII el filósofo francés Jean Jacques Rousseau postuló que los niños deberían expresar sus energías para su desarrollo en forma libre, en ambientes no restrictivos, ideas que aún siguen apoyándose. En el siglo XIX, la teoría de la evolución de Darwin, (1809 - 1882) dio un impulso al estudio científico del desarrollo infantil. A comienzos del siglo XX, en 1916, el psicólogoLewis Terman, introdujo el Test de inteligencia conocido hoy como el Test de Stanford Binet, que condujo a una serie de estudios acerca del desarrollo intelectual del niño.
Test de Stanford Binet
El psicólogo estaunidense Arnold Gessel, creó un instituto en la Universidad de Yale para estudiar a los niños, introduciendo el método de la filmación para analizar el comportamiento infantil, planteando por primera vez un desarrollo intelectual por etapas. Los resultados ofrecieron gran información sobre el desarrollo evolutivo, pero no hacían referencias sobre las variables ambientales. Sigmund Freud, hizo hincapié en la influencia de las variables ambientales sobre el desarrollo del niño, resaltando la importancia del comportamiento de los padres durante la infancia y estableciendo una serie de teorías básicas sobre el desarrollo de la personalidad.
John B. Watson, principal representante del conductismo, insistió también en la importancia de las variables ambientales analizadas como estímulos condicionantes. A comienzos de la década de 1960, los trabajos realizados por el psicólogo suizo Jean Piaget, dio lugar a teorías más avanzadas sobre el desarrollo infantil, ya que utilizan métodos de observación y experimentales, teniendo en cuenta las variables biológicas y ambientales.
Crecimiento físico-biológico:
En los 3 primeros años se produce un aumento de peso y estatura muy rápido, que luego se mantiene constante hasta la adolescencia, cuando suelen darse el “estirón” final. Estudios avanzados han determinado que dichos aumentos (peso y talla), dependen de la salud del niño, nutrición y condiciones ambientales.
Actividad motora: Entre el nacimiento y los 2 años suceden cambios muy drásticos en este aspecto, el niño pasa de los movimientos reflejos incoordinados del recién nacido a la coordinación motriz del adulto, a través de una serie de pautas complejas de desarrollo graduales y continuas, por ejemplo: el caminar que suele dominarse entre los 13 y 15 primeros meses, surge de una secuencia de catorce etapas sucesivas. Luego de adquirir las destrezas motoras básicas, el niño comienza a integrar sus movimientos con otras capacidades perceptivas, como la espacial, la cual es crucial para lograr la coordinación viso – motriz (ojo – mano).
Los años intermedios de la niñez se caracterizan por un alto nivel de actividad y por los graduales progresos fisiológicos que ayudan al pre-escolar a refinar las habilidades motoras y la coordinación. Tales progresos son evidentes no solo en los juegos de los niños, sino también en el dominio de destrezas como la escritura. El mando que adquieren sobre su cuerpo durante este periodo les produce sentimientos de competencia y de autoestima, los cuales son indispensables para una buena salud mental.
Formación de la personalidad:
Los diversos aspectos del desarrollo del niño abarcan el crecimiento físico, los cambios en el orden psicológico y emocional, así como la adaptación social. Muchos factores condicionan las pautas de desarrollo y el ritmo en que se suceden. La mayoría de los investigadores, coinciden en que dichas pautas son influenciadas tanto por condiciones genéticas como ambientales, es el caso del desarrollo de gemelos monocigóticos, que crecen en ambientes distintos y gemelos que han crecido juntos. La hipótesis de estos estudios es que si la carga genética es determinante, los gemelos separados serán tan similares en la mayoría de los aspectos medidos, como los que han vivido juntos, se descubrió lo inverso. Incluso sus personalidades son diferentes.
Las teorías de la personalidad intentan describir como se comportan las personas para satisfacer sus necesidades físicas y fisiológicas. La incapacidad para satisfacer tales necesidades crea conflictos personales. En la formación de la personalidad los niños aprenden a evitar los conflictos y a manejarlos cuando inevitablemente ocurren. Una respuesta normal para las situaciones conflictivas es recurrir a los mecanismos de defensa como la racionalización o la negación (por ejemplo, rechazando haber tenido alguna vez una meta u objetivo específico, aunque sea obvio que se tuvo). Aunque todos han empleado mecanismos de defensa, se debe evitar convertirlos en el único medio de enfrentarse a los conflictos. Un niño con una personalidad equilibrada, integrada se siente aceptado y querido, lo que le permite aprender una serie de mecanismos apropiados para manejarse en situaciones conflictivas, esto lo va a prendiendo a través del juego social.
El juego social de los niños revela la existencia de una “cultura de la niñez” con sus costumbres, reglas, juegos, rituales, entre otros, todo lo cual posiblemente ayuda a entender la gran complejidad del mundo que lo rodea y a adaptarse a él. Los padres influyen profundamente en la formación de la personalidad de los niños y en su desarrollo social. Sirven de modelo, esperan ciertas respuestas y conductas de sus hijos e imponen sistemas de premios y castigos. Los hijos de padres rigurosos, tienden a ser dependientes y sumisos. La tolerancia puede producir niños activos y extrovertidos o bien desobedientes y agresivos, según los padres que sean afables y receptivos o bien hostiles y negligentes. Los niños sobre – protegidos, por lo general tiene graves problemas de ajuste.
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