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Dragón Futbolista Es Muy Fuerte


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2014  •  1.286 Palabras (6 Páginas)  •  193 Visitas

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asdffffffffffffffffffffff) Mi general, nos ha sido imposible tomar el edificio.

SOLDADO INSURGENTE 2: Los españoles están muy fortificados, y todo intento de llegar a la puerta ha sido imposible.

SOLDADO INSURGENTE 3: Los gachupines nos han causado muchas bajas.

GENERAL: (a Miguel Hidalgo) Señor, no podemos conquistar la alhóndiga. Los francotiradores matan o hieren a todos nuestros insurgentes que lo han intentado. Mientras no destruyamos esa puerta no podremos tomar la plaza.

MIGUEL HIDALGO: (al General) Tenemos que hablar con la tropa, necesitamos encontrar la forma de destruir esa puerta. Hay que conseguir unas barras de metal para usarlas como ariete y destruirlas.

NARRADOR: Entonces el Cura Miguel Hidalgo habla a la multitud.

MIGUEL HIDALGO: (a la multitud) ¡Compañeros! Nos están masacrando los españoles, necesitamos voluntarios que arriesguen su vida para derribar esa puerta que nos impide el acceso a la alhóndiga.

NARRADOR: De entre la multitud de insurgentes se oye que alguien grita.

EL PÍPILA: ¡Yo estoy dispuesto a quemar la puerta!

MIGUEL HIDALGO: (a el Pipila) ¿Quien eres tú? ¿Por qué crees poder lograr lo que otros no han podido?.

EL PÍPILA: Me llamo Juan José Martínez Amaro, para servir a usted y a Dios. Soy minero, y siempre he trabajado en las canteras.

MIGUEL HIDALGO: ¿Y cómo piensas hacerlo?

EL PÍPILA: De la manera más fácil y sencilla posible.

MIGUEL HIDALGO: Díme que es lo que necesitas para dártelo, para esta tan arriesgada misión.

EL PÍPILA: Que me traigan una ancha loza arrancada de la banqueta de la plaza.

MIGUEL HIDALGO: ¿Y de que nos ayudara esa loza?

EL PÍPILA: Colocándomela en la espalda me servirá de escudo.

MIGUEL HIDALGO: (a la multitud) Hagan lo que este hombre dice.

NARRADOR: Entonces el General les da la orden a seis insurgentes que se encontraban cerca.

GENERAL: (a los seis insurgentes) Ustedes cuatro vayas a la plaza y traigan una loza. Ustedes dos traigan mucha brea, aceite y ocote.

NARRADOR: Después de unos minutos los insurgentes llegan con la loza, y con los demás materiales.

EL PÍPILA: Pónganla sobre mi espalda, y amarrarla a mis hombros y cabeza.

MIGUEL HIDALGO: (a los seis insurgentes) ¡Hagan eso inmediatamente!

NARRADOR: Los seis insurgentes levantan y colocan la loza sobre la espalda de El Pípila, cuyo cuerpo se encorva por el peso de la misma.

MIGUEL HIDALGO: (al pípila) ¿Hijo, crees que puedas con el peso de esta loza?

EL PÍPILA: Padre, no se preocupe, esta es la loza más liviana que he cargado en toda mi vida, los españoles me hacían cargar lozas más pesadas que esta.

GENERAL: (al Pípila) ¿Ahora, que mas necesitas?

EL PÍPILA: (al general) Denme la brea, una antorcha, y ocote, eso será suficiente para hacer arder la puerta.

NARRADOR: Dos de los insurgentes le dan al el Pipila la brea, la antorcha, y el ocote.

MIGUEL HIDALGO: (al general) General, diga a nuestros hombres que disparen hacia los francotiradores de las torres, para darle tiempo a este valiente para que cumpla su misión.

GENERAL: (a los insurgentes) ¡Insurgentes! Disparen hacia las torres y no dejen de hacerlo hasta que yo lo ordene. Demos tiempo a este hombre a llegar a su destino.

EL PÍPILA: (a la mutitud) ¡Señores! Déjenme pasar.

NARRADOR: El Pípila comienza con pasos cortos pero

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