El don de la conciencia
Enviado por holisholita • 4 de Septiembre de 2013 • Ensayo • 565 Palabras (3 Páginas) • 313 Visitas
Tencio, eso tiene que ver como es tu personalidad.
Yo comenzaría así:
1. Puedes hacer un esbozo de quién eres actualmente: un estudiante de ...
2. Relatar como fue tu llegada al mundo, la fecha, lo que acontecia para entonces, quién era el presidente de tu país, que sucedía en el mundo, así te ubicas a ti mismo en un contexto historico.
3. Puedes enunciar tus metas y propositos, primero los inmedatos y luego los que tengas a futuro.
Mirate a ti mismo como si fueras otra persona observandote, para que te sea más fácil, puedes también aderezarlo con toques de tu personalidad como hobbies, gustos musicales, etc...
Te deseo lo mejor.
Chao.
Entre los papeles del Dr. Agosin después de su fallecimiento había varios ensayos para ejercicios e introducciones para esos ejercicios. Estos se presentaron a los miembros de Cafh y al público en general que vino a participar en busca de enriquecimiento espiritual.
“¿Quién soy yo?”es probablemente la pregunta más desconcertante, profunda, difícil, emocionante e interesante que nos podemos hacer.
Es desconcertante porque a lo largo de todas las respuestas y las definiciones que nos damos de nosotros mismos siempre terminamos insatisfechos. Siempre hay algo más. Después de cualquier respuesta a que podemos llegar volvemos a un: “pero no es realmente así”. “¿Quién soy yo?”parece una pregunta simple, quizás la más simple, y sin embargo nos deja desconcertados y confundidos.
Es profunda porque desde que recibimos el don de la conciencia, del sentido del yo, es del mayor interés para nosotros. Desde el origen de pensar en el ser humano nos hemos hecho esta pregunta y ha sido motivo de nuestras reflexiones. ¿Qué puede ser más importante que entender la naturaleza del ser? Nada tiene mayor profundidad que la pregunta de quién es este “yo mismo”, la conciencia que habita este cuerpo y que vive en esta hora de la historia.
“¿Quién soy yo?”es la pregunta más difícil porque tiene miles de respuestas, y más. Sólo hacer la pregunta nos trae inquietud y ansiedad. Sentimos que es una pregunta relevante pero algo en nosotros rechaza pensarla y se quiere distanciar de la respuesta que de todos modos anhelamos. Es algo tan básico que incomoda no tener una respuesta preparada y clara. Pero cualquier explicación apresurada nos deja insatisfechos.
Cuando nos detenemos a pensar más profundamente nos damos cuenta de qué compleja e intrigante es la cuestión y aparece más vasta y escurridiza. Muchas personas se asustan de la pregunta y la dejan de lado porque “es una preocupación demasiado abstracta” para gastar tiempo en ella. O se puede sostener que es un asunto para filósofos, o que no tiene relevancia en mi vida cotidiana. ¡Pero cómo puede no ser relevante! Si es tan básica y esencial,
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