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Hoy en día los códigos de barras están muy presentes en nuestro quehacer diario, ya que nos aparecen en los supermercados, tiendas, en los libros de las bibliotecas, etc., debido a que permiten obtener una especificación única de un producto.

El uso de código de barras consiste en una codificación y clave que se crean a través de líneas y espacio que van paralelamente y en distinto grosor con lo que podemos llevar un control de carga, descarga de mercancías o productos.

La lectura de estos códigos de barras se realiza mediante un dispositivo el cual va conectado al computador, lo cual dicho dispositivo envía una luz al código de barras con lo que se va a realizar la lectura mediante la luz reflejada de una superficie. El funcionamiento de este dispositivo es emitir un rayo de luz directa sobre un código de barras, este dispositivo contiene un sensor el cual va detectar la luz reflejada y la convierte en energía eléctrica, teniendo como resultado una señal eléctrica que puede ser interpretada y convertida en datos, en donde el lector decodifica el código de barras a través de la digitalización proveniente de una fuente de luz que cruza el código y mide la intensidad de la luz reflejada por los espacios blancos, ya que las barras oscuras absorben la luz y los espacios la reflejan. El patrón de la luz reflejada se detecta a través de un fotodiodo, el cual produce una señal eléctrica que coincide exactamente con el patrón impreso del código de barras. Un decodificador usa algoritmos matemáticos para traducir los impulsos eléctricos en un código binario y transmite el mensaje decodificado a una computadora como si la información hubiese sido introducida por teclado.

Los códigos de barras se pueden imprimir en impresoras láser o de chorro de tinta con las cuales se puede conseguir códigos de barras de alta densidad y calidad, pero, por el contrario, también presentan problemas al imprimir en cantidad, otra posibilidad es la impresión térmica directa, método más rápido y simple de gran aceptación en la industria y el comercio. El coste de las etiquetas térmicas es mayor comparado con el de las utilizadas para impresoras láser, pero sin embargo el coste del proceso global es menor. Por tanto este tipo de impresión presenta una serie de ventajas como son su velocidad y calidad de impresión, donde la imagen es duradera, al igual que es excelente para el trabajo por lotes.

Para obtener unos mejores resultados que en las anteriores impresoras es necesario usar una impresora específica para etiquetas, una impresora de transferencia térmica, capaz de imprimir, con gran velocidad y calidad, rollos de etiquetas autoadhesivas. Estos equipos suelen ser los mejores para aplicaciones de mediano y alto volumen, ya que reúnen las ventajas de las impresoras láser y las térmicas directas.

Existen muchos tipos de lectores de códigos como el tipo pluma o lápiz, lectores ccd, lectores

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