Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S.
Enviado por styledany • 11 de Noviembre de 2013 • Tutorial • 10.095 Palabras (41 Páginas) • 334 Visitas
Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S.
I
LA LUCHA POR LA CREACIÓN DEL PARTIDO OBRERO SOCIALDEMÓCRATA EN RUSIA (1883-1901)
1. Abolición del régimen de la servidumbre y desarrollo del capitalismo industrial en Rusia. - Aparición del proletariado industrial moderno. - Primeros pasos del movimiento obrero.
La Rusia zarista emprendió el camino del desarrollo capitalista después que otros países. Hasta la década del 60 del siglo pasado, existían en Rusia muy pocas fábricas y empresas industriales. En la economía rusa predominaba el régimen de la servidumbre al servicio de los terratenientes nobles. Este régimen de servidumbre no dejaba que la industria se desarrollara como era debido. El trabajo forzado de los siervos daba un bajo rendimiento de producción en la agricultura. Toda la marcha del desarrollo económico empujaba a la abolición de este régimen. El gobierno zarista, quebrantado por la derrota sufrida en la guerra de Crimea y asustado de las "revueltas" campesinas contra los terratenientes, vióse obligado a abolir en 1861 el régimen de la servidumbre.
Más, no por ello dejaron los terratenientes de seguir oprimiendo a los campesinos. Los terratenientes despojaron a los campesinos, arrebatándoles, escamoteándoles, al concederles su "liberación", una parte considerable de las tierras que venían disfrutando y que los campesinos comenzaron a designar con el nombre de "recortes". Además, les obligaron a pagar a los terratenientes un rescate por su "liberación", por un valor total de cerca de 2.000 millones de rublos.
Después de la abolición del régimen de la servidumbre, los campesinos veíanse obligados a tomar en arriendo las tierras de los terratenientes en las condiciones más inicuas. No pocas veces, además de pagar una renta en dinero al terrateniente, el campesino quedaba obligado a trabajar de balde y con sus propios aperos y ganado de labor, determinada cantidad de tierras de aquél. A esto le llamaban "pago de trabajo", "prestación personal". Pero lo más frecuente era que el campesino quedase obligado a pagar la renta al terrateniente en especie, entregándole la mitad de la cosecha. Esto se denominaba "aparcería".
Como se ve, la situación seguía siendo casi la misma que antes, bajo el régimen de la servidumbre, con la única diferencia de que ahora el campesino era personalmente libre y no se le podía vender ni comprar como si fuese un objeto.
Los terratenientes apelaban a diversos métodos de rapiña (la renta, las multas, etc.) para estrujar hasta la última gota de jugo a sus atrasadas explotaciones campesinas. La gran masa de los campesinos veíase en la imposibilidad de mejorar sus explotaciones, porque se lo impedía la opresión de los terratenientes. De aquí el enorme atraso de la agricultura en la Rusia de antes de la revolución, atraso que se traducía en malas cosechas y en rachas de hambre.
Los residuos del régimen de la servidumbre, las enormes contribuciones al Estado, y los rescates agobiadores que había que abonar por la tierra a los terratenientes, que no pocas veces excedían los ingresos arrojados por la explotación agrícola, conducían a la ruina y al empobrecimiento de las masas campesinas y obligaban a los campesinos a marcharse de la aldea a ganar un jornal. Se iban a las fábricas y a las empresas industriales, suministrando a los fabricantes mano de obra barata.
Sobre las espaldas de los obreros y de los campesinos se alzaba todo un ejército de jefes de policía, guardias rurales, gendarmes, polizontes, encargados de defender al zar, a los capitalistas y a los terratenientes contra los trabajadores, contra los explotados. Hasta el año 1903, estuvieron en vigor las penas corporales. No obstante haberse abolido la servidumbre, el campesino era apaleado por el más pequeño desliz o por falta de pago de las contribuciones. Los gendarmes y los cosacos asesinaban y martirizaban a los obreros, sobre todo durante las huelgas, cuando éstos abandonaban el trabajo por no poder soportar las vejaciones de los patronos. En la Rusia zarista, los obreros y campesinos carecían hasta de los derechos políticos más elementales. La autocracia zarista era el peor enemigo del pueblo.
La Rusia zarista era una cárcel de pueblos. Las numerosas nacionalidades no rusas de la Rusia zarista hallábanse completamente privadas de derechos, sometidas sin cesar a todo género de ultrajes y humillaciones. El gobierno zarista había enseñado a la población rusa a ver en los pueblos indígenas de los territorios nacionales razas inferiores, a las que se daba el calificativo oficial de gente "de otras razas", y le había inculcado el desprecio y el odio hacia ellos. El zarismo encendía conscientemente las discordias nacionales, azuzaba a unos pueblos contra otros, organizaba pogromos de judíos y matanzas entre tártaros y armenios en la Transcaucasia.
En los territorios nacionales, todos o casi todos los cargos públicos eran desempeñados por funcionarios rusos. El ruso era la lengua obligatoria en todas las instituciones y ante los tribunales. Estaba prohibido publicar periódicos y libros en las lenguas nacionales o enseñar en las escuelas sirviéndose de la lengua materna. El gobierno zarista esforzábase en ahogar todas las manifestaciones de la cultura nacional y seguía la política de "rusificar" a la fuerza a las nacionalidades no rusas. El zarismo actuaba como verdugo y tirano de pueblos no rusos.
Después de la abolición del régimen de la servidumbre, el desarrollo del capitalismo industrial en Rusia siguió una marcha bastante rápida, a pesar de que los residuos del régimen feudal seguían entorpeciendo este desarrollo. Durante 25 años, de 1865 a 1890, el número de obreros, solamente en las grandes fábricas y en los ferrocarriles, aumentó de 706.000 a 1.443.000, es decir, en más del doble.
Más rápido aun fue el desarrollo que comenzó a adquirir en Rusia la gran industria capitalista durante la década del 90. Hacia el final de esta década, el número de obreros que trabajaba en las grandes fábricas, en las empresas industriales, en la industria minera y en los ferrocarriles, solamente en las 50 provincias de la Rusia europea, había ascendido a 2.207.000, y en toda Rusia a 2.792.000.
Y éste era ya un proletariado industrial moderno, que se distinguía radicalmente de los obreros de las fábricas del periodo de la servidumbre y de los operarios de la pequeña industria, del artesanado y de toda otra industria, tanto por su concentración en grandes empresas capitalistas como por su combatividad revolucionaria.
Este rápido progreso industrial de la década del 90 fue unido, en primer lugar, a la intensa construcción de ferrocarriles. Durante esta década
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