Inigualables

6° A “Los inigualables”

Prólogo

El ejercicio de reveer y detenerse en los recuerdos que guardamos en nuestra memoria fue pensar y que instantáneamente se dibujara una sonrisa en nuestro rostro, que los ojos se nos iluminaran.

Al mirar las fotos no podíamos creer que éramos esos, no nos reconocíamos. Comprendimos entonces que fuimos creciendo, creímos en el paso del tiempo, comprobamos que no somos los mismos que comenzaron allá por el 2011 la escuela secundaria.

Esa combinación de temor y miedo a lo nuevo en estos años se fue transformando en confianza y seguridad. Obvio que con ayuda de cada uno de los profesores que nos acompañaron. Cada uno con sus características particulares y únicas que los identifican.

Parece mentira que transitemos ya, el último tamo, el último paso de la escuela. Todos nos miran, nos ven como los “grandes”, como el ejemplo, y de solo pensarlo suena raro.

Son inexplicables las sensaciones de este 6° año que perduraran por siempre en nuestros dulces recuerdos.

Y llego el 1er día. El último primer día. Luciendo y estrenando las camperas de egresado, tan imposible pero real. Porque éramos nosotros, convertidos en los futuros egresados de la escuela. El ciclo 2016 que tanto prometía estaba comenzando.

A diferencia de otros años, nos conocíamos todos. Sin duda le doy gracias a Dios por haberme puesto en mi camino a cada uno de mis compañeros, con los que aprendí muchísimo, desde compartir algo en una clase o en un recreo hasta poder conocer a cada uno más profundamente:

“Lo mejor que nos pasó durante estos años fue la llegada de nuestros nuevos compañeros, las convivencias que nos ayudaban a ser cada día más unidos, los bailes que hacían los chicos con ayuda de Carlos, el concurso que ganamos en 4to por el día del Estudiante, las grandes charlas con German Romanello.”

Recordamos con claridad la 2da semana, en la cual presentamos la campera de egresados, junto con otros egresados de otras escuelas vecinas, y todo lo que provoco eso.

Y ahora a continuación, queridos lectores los invitamos a que conozcan nuestra historia…

Introducción

Somos solo nosotros: Lucas, Evelyn, Brian Barros, Brian Leguizamón, Enzo, Fiorella, Yesica, Ezequiel, Aylén, Adriana, Nico López, Nico Marques Lila, Katia, Flor Martínez, Flor Olivares, Agustín, Fernando, Franco, Agustina, Antonella, Micaela, Blas, Camila, Gonzalo Sánchez, Gonzalo Robledo, Julieta, Macarena y Renata.  

 y estamos escribiendo nuestra historia porque queremos que jamás se olvide. Porque fuimos felices viviéndola. Nos encantó que Dios nos haya puesto en nuestro camino a cada persona que nos puso y nos cruzó en este hermoso sendero, porque aprendimos de todos: de nuestras familias, de nuestros docentes, de nuestros compañeros. Y aunque esta fue una de las más difíciles tareas (el de plasmarlo en un libro) fue espectacular y muy satisfactorio. Ninguno habíamos tomado conciencia de cómo fuimos creciendo. Y hoy a poco tiempo de comenzar la vida de adultos queremos compartir esta preciosa historia. ¿Por qué? Porque lo que se escribe perdurará por años y años, porque queremos que sepan cómo fuimos, cómo somos, cómo sentimos, cómo aprendemos, porque somos parte de la historia de nuestro colegio que amamos y porque queremos que sepan que tuvimos los empujones necesarios para poder hacerlo. Porque cuando un niño va creciendo y cumpliendo metas, detrás, hay más de un guía creyendo en él. Creyendo en su fortaleza y con la convicción firme porque sabe que lo va a lograr.    

1° Año: El inicio de la aventura

La profe de Literatura junto con nuestra amada señorita de 6° grado de la Primaria: Analia Retamar nos propusieron escribir nuestro propio libro sobre todo los recuerdos de nuestra escolarización secundaria nos pareció una dulce y tierna idea, y algunos hasta se emocionaron con lagrimitas en los ojos.

Pero la tarea del escribir el libro no nos resultó fácil, fue todo un desafío. En 1er lugar teníamos recuerdos muy vagos de los primeros años (1°, 2° y 3°), en realidad eran confusos, se mezclaban los recuerdos en la memoria.

¿Cómo empezamos? , viendo fotos de aquellos años, tratando de identificarnos con esos que éramos en aquel entonces. Con peinados distintos, con sonrisas picaras e inocentes, llenos de expectativas por lo que vivíamos en los años que estaban por llegar. Seguíamos en el mismo edificio de primaria pero un piso más arriba que nos convertía en los superiores, en los grandes.

Teníamos muchos miedos, confusiones por cómo sería la secundaria. En el curso éramos un grupo de 33 y hoy aun recordamos a cada docente que nos acompañó, como la profe de Matemática: Silvina Roleri, Aldo, siempre tan formal y que nos llamaba por apellido. La profe de lengua, Viviana, que cuando nos portábamos mal nos ponía un uno. Javier Pimentel, que un día enojado hizo que se nos volara la peluca. Silvia, siempre con sus explicaciones mágicas. Teníamos a Nora en artística, a Elena en computación.

 Nuestro preceptor era Carlos, tan rígido, exigente, pero con el tiempo demostró ser una gran persona y amigo.

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La profesora de Ciencias Naturales: Silvia De Sousa fue nuestra tutora, con quien compartimos nuestras primeras convivencias.

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Fuimos de excursión al teatro colonial con la profe Vivi. Vimos  la obra teatral: Jetattore, luego recorrimos parte de la capital, fuimos al barrio de la boca, caminito y nos compramos muchos recuerdos.

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Y al momento de recordar a la profe Viviana, nos acordamos de que junto a ella jugamos al amigo invisible con el objetivo de conocernos más. Lo más divertido de Practicas del Lenguaje fue hacer los videos de algunas obras literarias que leímos durante las clases. ¡Nos divertimos mucho actuando! Y hasta descubrimos una nueva manera de expresarnos. Es más, ahora, cinco años después vemos estos videos y nos reímos de cómo éramos, de cómo habíamos actuado…

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En el área de construcción ciudadana llevamos a cabo un proyecto del Incucai.

2do año: siguiendo los pasos

En el 2012 empezamos segundo año.

Conocimos a nuestra preceptora: Isabel, o como nosotros la llamamos: Isa, que nos brindó todo el año el amor cálido de una mama. Incluso los retos cálidos de una mamá.

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 Nuestra tutora fue la profe de Lengua Miriam Borges, a quien adoramos por todo el cariño que nos demostró dos años seguidos.

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 Con ella compartimos convivencias en el playón de la escuela, donde reflexionábamos sobre lecturas que escuchábamos.  Intercambiamos de grupos para realizar una actividad y así nos conocíamos un poco más entre todos.

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