Internet: Deseo Y Enajenación
Enviado por Carlita68 • 2 de Agosto de 2014 • 2.660 Palabras (11 Páginas) • 178 Visitas
Ensayo desde una perspectiva etnográfica
INTERNET: DESEO Y ENAJENACION
“La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades”
Sócrates.
MOTIVACION
Revolución tecnológica. La era de Internet. Globalización. Tres conceptos que vivimos día a día en carne propia. Un siglo XXI que nos ha traído innumerables cambios como sociedad e individuos y que sin duda nos ha permitido experimentar sensaciones nunca antes pensadas. Somos diferentes, nos comportamos de otra manera y nuestro pensamiento se amolda a esos cambios de tal forma que rápidamente nos sumergimos en ese mar de posibilidades y tenemos un sentimiento de pertenencia tan poderoso que no vislumbramos nuestra realidad de otro modo. Somos personas, nos gusta lo nuevo, todo aquello que concentre nuestra atención. Pero por encima de todo, somos ansiosos. Ansiamos todo aquello que nos rodea. Tener cosas, compartir ideas, ascender de puesto, obtener más logros, encontrar el amor.
Ansiamos nuevas formas de comunicarnos, de comprar, de relacionarnos con los demás y con nuestro entorno. Nos acompaña una extraordinaria capacidad creativa que no se detiene, todo lo contrario, avanza cada vez con más fuerza y velocidad. Ha sido apasionante ser testigo de la vertiginosa llegada de la revolución tecnológica. Observar cómo nos ha facilitado la vida en muchos aspectos. De escribir una carta en papel, envolverla en un sobre y partir al correo para hacer la fila y pagar por ello, a encender un computador, abrir un correo y enviarla directamente a su destinatario con la certeza de que la recibirá. Y gratis.
¿Cómo no estar agradecida por el desarrollo tecnológico? Cada nuevo paso que da el hombre en materia tecnológica, es uno más en el desarrollo de las sociedades en todo ámbito de cosas. La tecnología médica actualmente presenta innumerables alternativas para mejorar y descubrir medicinas y tratamientos de altísimo nivel, que han permitido la supervivencia a millones de personas en el mundo. La llegada de la imagen tridimensional y los microprocesadores entre otros, han dictaminado el fin a muchas enfermedades fatales y llevado esperanza a miles de personas con necesidades urgentes. Y eso es hasta hoy. El futuro se ve aún más prometedor.
Cada vez que me subo a mi auto, lo enciendo y me traslado a mi lugar de destino con la mayor comodidad, agradezco de corazón el insuperable ingenio humano, capaz de idear, desarrollar, crear y mejorar sus creaciones sin cansarse de ello.
Una de las áreas humanas que ha tenido un cambio extraordinario gracias al avance de las nuevas tecnologías es la comunicación. Y con ella, y como es obvio, el comportamiento de las masas en prácticamente todo el mundo. Y es obvio pues es indiscutido que la comunicación es el principal elemento en el desarrollo de las relaciones que establecemos en nuestra vida y por ende de las sociedades.
Y son justamente esas relaciones las que nos están llevando por nuevos rumbos actualmente. Las tecnologías de la comunicación nos han permitido conectarnos con ese otro mundo tan desconocido que antes solo podíamos ver a través de los libros, el cine, la prensa o la televisión. El advenimiento de Internet, nos coloca en otra dimensión. Una dimensión ilimitada, donde podemos ver, escuchar y aprender de manera inmediata, donde podemos adquirir información de todo tipo con solo inclinar el dedo y oprimir una tecla. Donde nuestras transacciones, compromisos y charlas se congregan en una misma plataforma tecnológica y nos permite ahorrar tiempo, abaratar costos, mantenernos informados y otras cientos de actividades que conforman nuestro diario vivir.
Sin embargo,- y aquí viene mi motivación por desarrollar este tema – no todo es color de rosa y menos en el mundo que hemos creado. Es bien sabido que en muchas ocasiones la invención humana pudo estar pensada para el bien común, pero también es muy cierto que durante el proceso la ansiedad nos ha hecho presa y aquello que alguna vez pudo beneficiarnos a todos se transformó en un arma mortal. La invención de la dinamita y la bomba atómica son solo algunos ejemplos de ello.
El mundo está lleno de aristas, de matices. No somos completamente buenos ni completamente malos. Eso solo ocurre en las novelas. Como humanos que somos, contamos con las dos vertientes. Y nuestras creaciones en ocasiones también. Internet no es la excepción. Es una creación humana y nosotros, los humanos, somos lo que somos porque así como creamos, destruimos. Y así como acertamos, erramos. Internet es sin lugar a dudas una representación perfecta del proceso evolutivo, es lógica y está a la altura de las expectativas humanas. ¿Pero, hasta qué punto? Nuestra ansiedad puede jugarnos malas pasadas. La exageración y el sobreuso que le damos a esta nueva herramienta virtual pueden llevarnos a parajes quizás forasteros pero cuyos síntomas ya podemos apreciar en cada esquina, cada hogar, cada oficina, cada rincón de las ciudades. Estamos inmersos en sus profundidades. Es cuestión de observar a los demás y a nosotros mismos. Enajenados frente a la tecnología. Como bien dice Sherry Turkle en su ponencia en TED “Cada vez nos conectamos más y más, y en el proceso nos disponemos a estar más aislados”.
DE LA NECESIDAD AL DESEO
Recuerdo cuando en mis primeros años de universidad, escuché hablar en mi clase de sociología de la comunicación sobre un tal Marshall McLuhan, un visionario teórico que vaticinó el mundo globalizado en el que ahora vivimos, donde increíbles herramientas tecnológicas nos permitirían congregarnos en lugares virtuales pero comunes. Una aldea global gobernada por nuevos paradigmas, donde podríamos acceder a mundos desconocidos y acercarnos a personas muy lejanas a nosotros. Donde el mensaje es el medio.
En ese tiempo, veía ese advenimiento más bien imaginario y con pocas posibilidades de ser realizado. No podía suponer un mundo así. A medida que pasaron los años fui experimentando este extraordinario viraje tecnológico y obviamente me adentré en sus entrañas por dos razones: necesidad y asombro. La necesidad de estar al día en esta nueva esfera de la comunicación y poder desenvolverme bien en el mundo laboral, y el asombro que me produjo descubrir esta nueva y alucinante forma de conexión con el mundo.
Poco a poco la incorporación de estas nuevas tecnologías en la sociedad comenzó a dar un vuelco a la realidad que hasta ahora conocíamos del mundo físico. Nos adentramos en otra realidad: la virtual. Aquellas películas de antaño que nos hablaban de mundos robotizados, de máquinas inteligentes, de viajes fantásticos que nos llevaban de un lugar a otro en cuestión de segundos, quizás sin proponérselo, entrevieron un futuro hasta ese momento inimaginado, irreal
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