LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA EN EL MARCO DE LAS RELACIONES NORTE-SUR.
Enviado por Javier Hurtado Peñaloza • 8 de Marzo de 2016 • Documentos de Investigación • 1.333 Palabras (6 Páginas) • 276 Visitas
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JAVER HURTADO PEÑALOZA
LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA EN EL MARCO DE LAS RELACIONES NORTE-SUR.
CIENCIA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD
NRC
ELIANA SANANDRES
Barranquilla, 23 de febrero de 201
En occidente, desde tiempos remotos se nos ha hecho creer que las sociedades que se handesarrollado en la cercanía del Mediterráneo ha sido la única que ha tenido valores políticos estables en el tiempo y avances científicos, como ninguna otra sociedad. Pero en la medida en que el tiempo pasa pronto se descubre que los grandes eventos acaecidos en el hemisferio occidental han sido producto del empleo desmedido de la fuerza, del mismo modo que la difusión de la cultura ha sido mediante la imposición a sangre y fuego. El caso más diciente lo encontramos en el trato cruel y despiadado que fue dado a los habitantes primitivos del Nuevo Mundo.
De este episodio da cuenta la historia, aún en medio de la exagerada ponderación de la visión euro céntrica; pues, como se sabe, ésta sólo pone de relieve las acciones buenas realizadas por los pobladores de este continente a través de los tiempos, pero pasa por alto las acciones que en las otras partes del mundo se pudieron haber dado.
Como herederos directos de las proezas tecnológicas y la cultura europea no demoraron en entrar en la escena hegemónica, los Estados Unidos. En cambio en aquellos países en los que quedó algún remanente de la cultura originaria pasaron a ser considerados como países periféricos en relación con las nuevas metrópolis. Aquéllos abandonaron la triste condición y el poco atractivo título de colonias, para pasar a ser llamados ahora con el pomposo nombre de “Naciones del Tercer Mundo”.[1]
Las diferencias geográficas y político-sociales son avaladas por la superioridad tecnológica y científica entre los países del Norte y sus antiguas colonias. De este modo los avances tecnológicos y científicos aparecen, entonces, como propios de los países del Viejo Continente y de los Estados Unidos de Norteamérica. Pero lo que muchas veces se pasa por alto son las razones por las cuales el desarrollo de estos campos de la realidad social ha alcanzado los niveles a los cuales ha llegado la ciencia y la tecnología en estos países, y no ha ocurrido lo mismo en los llamados países del tercer mundo. A juzgar por las apariencias las diferencias estriban más en los intereses políticos-económicos de los países del norte, que en los factores culturales, étnicos o de cualquiera otra naturaleza.
Sin embargo, muchas personas aún siguen pensando en que la ciencia y tecnología no es un asunto de Estado y, por tanto, nada tiene que ver con los intereses geoestratégicos. Con un sencillo ejemplo se puede corroborar la equivocación que existe en este supuesto. El Proyecto Manhattan que consistía en desarrollar primero la bomba atómica y fortalecer la armada de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, contaba como proyecto geopolítico y también como investigación científica, a saber, la experimentación con la fisión de los átomos.
Después de hacer referencia a la relación entre política y ciencia, se llega al punto de las relaciones entre Norte y Sur y lo que en materia científica hay que decir al respecto. En la era postcolonial ha surgido lentamente la diferenciación entre países desarrollados y subdesarrollados. El desarrollo, según esto es el nivel de cobertura de las necesidades básicas como vivienda, salud y educación[2]. Además de esto, su economía tiende a tener cierta estabilidad y su nivel de desarrollo tecnológico y científico es alto. Del otro lado están los países subdesarrollados, donde las necesidades básicas no son completamente cubiertas, la industria nacional no puede competir contra los grandes conglomerados industriales formados desde mucho tiempo atrás; y, además, su desarrollo en ciencia y tecnología es muy pobre o casi nulo.
Para explicar por qué los países subdesarrollados no tienen una industria tan sólida se tomará el ejemplo de lo que sucedió en América del Sur cuando aún era colonia de España y Portugal. Para poder formar una empresa, ante todo es necesario tener un capital necesario y la técnica para hacer que la producción sea más eficiente. En América después de la llegada de los conquistadores no quedó ninguna de estas dos. Metales preciosos y piedras robadas procedentes de las colonias fueron a engordar las arcas de Inglaterra, y otros, para el impulso de sus industrias[3], y la técnica dejada por España y Portugal fue nula. Algún tiempo después, a principios del siglo XIX en las colonias empezaron a surgir pequeñas industrias que llegaron a abastecer el mercado interno. Pero al llegar mercancías hechas por procesos industriales en Europa, al ser aquéllas más baratas y fácil de producir, contra las cuales no se podía competir, la industria en estos lugares se estancó hasta nuestros días. [4]
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