La Computadora
Enviado por chavita83 • 3 de Septiembre de 2014 • 3.401 Palabras (14 Páginas) • 137 Visitas
EL MASON ANTE SÍ MISMO
No cabe duda, que dentro de las Máximas que contienen las enseñanzas, que se imparten en la
Cámara del Aprendiz Masón, encontramos muy elocuentes principios, que llevan como base
fundamental, a la más SANA MORAL, principalmente, cuando se trata de analizar y juzgar, en forma
consciente a nuestros Usos y a nuestras Costumbres; mismas que irremisiblemente, nos llevan hacia el
conocimiento de todos nuestros actos, desde los que ejecutamos entre nuestra intimidad Familiar, hasta
los que públicamente compartimos con nuestros Semejantes en el trato Social y aún hasta en las
relaciones de Amistad con los Pueblos.
Este es uno de los motivos por el cual, consideramos que el presente Tema, se refiere exclusivamente,
a la Tercera de las Preguntas, que debemos contestar, y que aparece sobre la Plancha Triangular; la que
en realidad nos da a conocer, los medios y el sendero, para llegar a estudiar y a aprender, en forma
franca y sincera, el sistema de vida que debemos adoptar, para MODELAR nuestra Materia y para
conducir a nuestro Espíritu, por el camino más despejado y limpio de preocupaciones, de incertidumbre,
y de las Falsas apreciaciones, que minan a la Conciencia del hombre.
Consecuentemente resulta, que CONOCERSE A SI MISMO, para corregir nuestros propios
DEFECTOS; que RESPETARSE A SI MISMO, para aprender a QUERER a nuestros Semejantes;
significa saber despojarse de ese EGOISMO peculiar, tan vulgar en el hombre impreparado, cuya
Ignorancia en materia MORAL , que contienen los principios Filosóficos, le desvían por los senderos del
Mal, hasta hacerlo caer en los más profundos antros de la adversidad, que producen los ERRORES
personales y colectivos.
Sin embargo, todos los Preceptos Masónicos, llevan como única finalidad, la de PREPARAR, la de
INSTRUIR y la de CAPACITAR a todos los hombres, para que puedan hacer frente a las vicisitudes de
la Vida, y empeñar una LUCHA decisiva entre la MATERIA y el ESPIRITU; pues sólo de esa manera,
lograremos dominar a la PERVERSIDAD de los INSTINTOS, sin más esfuerzo, que el de la
MODERACION en todos nuestros actos, puesto que siempre tomaremos en cuenta, que es muy
INTENSA la labor que el Masón debe desarrollar, para cumplir con su verdadera Misión; mientras se
considere capaz de combatir decisivamente, en contra de todas las MISERIAS HUMANAS, sean Físicas
o MORALES, y para luchar en contra de los ERRORES, haciendo renacer a la VERDAD MAS PURA;
sus Méritos se tomarán en consideración, en cualquier parte del Mundo, siempre que esa sea la
Conducta que se haya trazado, para hacer conocer sus Buenas Costumbres, su Moralidad y su Rectitud,
puesto que es indudable que las demostrará, como cualidades muy elevadas, que le departe su
Inteligencia, para bien propio y para el de sus semejantes, a quienes por todos los motivos debe tratar
de una manera RAZONABLE y JUSTA.
Por lo tanto, esos deberes que nos hemos impuesto, para con nosotros mismos, serán los que nos
distingan y nos caractericen, como verdaderos Masones; puesto que, quien es UTIL a sí mismo, en
Forma desinteresada les sirve a los demás; y si buscamos el BIEN PROPIO, quiere decir que en esa
forma procuraremos toda clase de BENEFICIOS, para todos los que nos rodean; con lo que lograremos
desarrollar, la Labor que como Obligación Social, hemos jurado cumplir ante el Ara, en presencia de
nuestros hermanos y con la solemnidad que exigen nuestros Rituales. 91
Pero en el sentido Filosófico, y dentro de las enseñanzas Simbólicas hemos encontrado que existe el
EGOISMO SANO, CONSCIENTE y DESINTERESADO, como un marcado deber que exigen las Reglas
de la Urbanidad, como muy natural en el hombre, aún cuando compete a nuestro Criterio, eliminar de
cierto modo esa acción, para circunscribirla, dentro del Círculo que marcan nuestros Sagrados Derechos,
para que no constituyan un perjuicio, en contra de todo el conglomerado Social.
Como un ejemplo a las aseveraciones expresadas en el párrafo anterior, podemos asegurar, que
cualquiera hombre que se encuentra en PELIGRO, en compañía de algunos de sus semejantes, lo
primero que procuraría, es SALVARSE él mismo; dejando perecer a los demás, por lo tanto, en este
caso es el Espíritu como un resorte conservador de Vida humana, la causa que le obliga a ABANDONAR
el peligro, sin pensar en la suerte que pueda correr el prójimo; pero sí esa persona se despoja de los
sentimientos propios del EGOISMO VULGAR, es seguro que tiende a hacer lo posible, por SALVAR a
sus semejantes, o en último caso, tomar la decisión de perecer juntamente con ellos, cuando sus
esfuerzos sean inútiles, para lograr su objeto.
Igual cosa sucedería, a algún individuo que; viendo el PELIGRO, entre otros muchos de sus
semejantes, a sus familiares o amigos; puesto que si tratara de SALVAR a alguien, esa PERSONA de
seguro que sería de preferencia; el más allegado de sus Familiares o bien, el más allegado de sus
Amigos; y en las mismas condiciones lo haría, DEFENDIENDO a sus Parientes y Amigos, en contra de
cualquier AGRESIÓN de parte de los extraños; lo que también en estos casos, indica claramente que de
preferencia, son las relaciones familiares o los Lazos de amistad, las que obligan al hombre a cumplir
con un Deber, que le marca el EGOISMO SANO.
Por otra parte, ya sabemos que la PUREZA de las Costumbres Humanas, la MORALIDAD y la
MODERACIÓN que se necesitan para iniciar la ejecución de todos nuestros actos, constituyen otras
tantas VIRTUDES, que dignifican el trato Social del Hombre, que sabe vivir entre sus semejantes,
puesto que; todo ejemplo que se da con Cordura, con Prudencia y con Discreción, no hace más que
demostrar, la ESMERADA Educación que el individuo ha recibido, desde su más tierna Infancia, dentro
del seno del propio Hogar, y al margen de los buenos MODALES que posteriormente, se adquieren en
los Planteles Educativos; en consecuencia, quien no guarda el debido RECATO, ni se tiene el RESPETO
a sí mismo, para llevar a la práctica todos sus actos, da lugar a que la SOCIEDAD, no le tenga las
consideraciones a que tiene derecho, como a toda persona de CONDUCTA IRREPROCHABLE, ni
mucho menos logrará, que se le guarde el DEBIDO RESPETO.
Las sanas costumbres, aplicadas en el transcurso de la Vida Real, son cualidades
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