La importancia del mundo digital
Enviado por rafaela678 • 19 de Julio de 2022 • Informe • 5.292 Palabras (22 Páginas) • 99 Visitas
LA IMPORTANCIA DEL MUNDO DIGITAL
En los últimos dos años, desde la celebración de la Sexta Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en Cartagena de Indias (Colombia) en abril de 2018, en el ámbito digital han surgido con fuerza temas que en aquel momento se consideraban emergentes o de escaso desarrollo. Por su parte, la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha tenido un impacto económico y social sin precedentes en América Latina y el Caribe. Se estima que el PIB de la región se ha contraído en torno al 7,7%, que el valor de las exportaciones ha disminuido un 13% y que la menor demanda y la ralentización de la oferta han llevado al cierre de más de 2,7 millones de empresas, generando más de 18 millones de desempleados. Todas estas dinámicas tendrán fuertes efectos en el nivel de desigualdad y pobreza de la región, y se estima que el número de personas en situación de pobreza aumentará más de 45 millones. En materia de digitalización, 15 años después de aprobarse la primera Agenda Digital para América Latina y el Caribe, la región se enfrenta a un mundo nuevo y a un contexto desafiante. Algunas de las expectativas presentes en aquel momento se han cumplido, pero otras no se han concretado. Las tecnologías digitales han crecido exponencialmente y su uso se ha globalizado. La conectividad ubicua y continua llega a gran parte de la humanidad gracias a la masificación del uso de teléfonos inteligentes y al consiguiente acceso a la información, a las redes sociales y al entretenimiento audiovisual. La aceleración del progreso técnico en el universo digital ha vuelto cotidiano el empleo de dispositivos y aplicaciones que usan la computación en la nube, la analítica de grandes datos, las cadenas de bloques o la inteligencia artificial. La revolución tecnológica, aunada al cambio en las estrategias de las empresas líderes en el uso de las tecnologías digitales, ha llevado al auge de las plataformas globales, dando lugar a una excesiva concentración de poder económico y político en no más de una veintena de corporaciones de dos o tres potencias mundiales, un conjunto demasiado pequeño de empresas cuyo valor de mercado supera o se acerca a un billón de dólares. El progreso de la tecnología también ha ido acompañado de resultados socialmente negativos, como la exclusión de una parte importante de la población mundial de los beneficios de la digitalización, fundamentalmente porque sus ingresos no les permiten tener una conectividad significativa —es decir, un acceso de calidad—, acceso a dispositivos, conexión fija en el hogar y la capacidad para su uso diario. Se ha abierto así una fuerte brecha de demanda, ya que existe cobertura suficiente que no se concreta en conexiones y usos. También se han acentuado otros problemas, como la proliferación de noticias falsas (fake news) y los ataques cibernéticos, el creciente riesgo para la privacidad y la seguridad de los datos personales, y la producción masiva de residuos electrónicos. El equilibrio aún no resuelto entre los beneficios y los costos de la digitalización se da en un contexto mundial más adverso que el que se preveía hace 15 años. Las luchas geopolíticas, frecuentemente centradas en las patentes, los estándares y la producción digitales, han debilitado marcadamente las acciones basadas en decisiones multilaterales. La crisis ambiental ha llegado a niveles de emergencia ambiental o, según algunos analistas, de catástrofe ambiental. El aumento de la desigualdad en muchos países y la exclusión de grupos de población vulnerables hace aún más difícil construir sistemas sociales y políticos capaces de encauzar adecuadamente el desarrollo digital. La pandemia de COVID-19 ha acentuado todos esos problemas y ha llevado al mundo a la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial, con los consiguientes efectos negativos en los empleos, los salarios y la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Las tecnologías digitales han sido herramientas fundamentales para hacer frente a los efectos de la pandemia. Sin embargo, los beneficios derivados de su uso se ven limitados por factores estructurales, como la conectividad (acceso, uso y velocidad), las desigualdades sociales, la heterogeneidad productiva y la escasa competitividad, así como por el acceso restringido a los datos y a la gestión de la información, entre otros factores. Así, ante los países de América Latina y el Caribe se abren nuevas oportunidades y nuevos desafíos. La región será la más golpeada por la crisis y deberá enfrentar problemas de larga data desde una posición de mayor debilidad estructural. En especial, deberá superar el lento crecimiento económico de los últimos siete años, la caída de la inversión y el estancamiento de la productividad y, al mismo tiempo, deberá retomar con fuerza la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Superar estos problemas le exigirá poner en marcha una estrategia de gran impulso para la sostenibilidad económica, social y ambiental que lleve a un cambio estructural progresivo basado en una fuerte creación e incorporación de tecnología para diversificar el aparato productivo. Prólogo Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 8 En este marco, en el presente documento se busca contribuir al debate y a la acción para el despliegue y uso de las tecnologías digitales a nivel nacional y regional, a fin de apoyar los procesos de desarrollo. Para ello, se ha organizado su contenido en cuatro secciones. En la primera se plantea la necesidad de avanzar hacia una sociedad digital sostenible en el marco del impacto sistémico de la disrupción digital. En la segunda se analizan los efectos de la digitalización en el bienestar social y la igualdad, se plantea la necesidad de universalizar el acceso a estas tecnologías y se evalúa el costo de ello. En la tercera se estudia la relación entre digitalización y productividad y su impacto en las cadenas productivas agrícolas, manufactureras y de servicios y se hace referencia a algunas políticas para avanzar en la recuperación pospandemia con transformación productiva. Finalmente, en la cuarta, se analiza el estado de las agendas digitales en la región, en particular en lo referente a la gestión de datos, y se presentan recomendaciones para fortalecer la cooperación regional y el proceso hacia un mercado digital regional. Además, se resumen las principales conclusiones de las reuniones de trabajo y de los paneles de la Séptima Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, celebrada de manera virtual en noviembre de 2020, cuya Presidencia ejerció el Ecuador. Las propuestas planteadas en el documento, discutidas y profundizadas en la Conferencia, posibilitarán el avance hacia una digitalización más inclusiva y sostenible, es decir, una digitalización que no solo permita una recuperación más rápida de la actual crisis, sino que también potencie un uso más productivo y eficaz de estas tecnologías digitales, tenga como resultado una mayor productividad, mejores empleos y mayores salarios, y ayude a reducir los altos niveles de desigualdad de América Latina y el Caribe. En definitiva, la digitalización necesaria para un nuevo futuro y para avanzar hacia un estado de bienestar digital.
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