Los Operadores Post
Enviado por vomitoneon • 21 de Agosto de 2013 • 2.217 Palabras (9 Páginas) • 236 Visitas
Los operadores post-media
Howard Slater
1. La industria discográfica está sucumbiendo precisamente ante los procesos de los que ha acabado por depender. Desde la década de los sesenta sus continuos esfuerzos por crear nuevas necesidades dieron forma a un paisaje musical en continuo movimiento, un paisaje que hoy en día sufre mutaciones a tal velocidad que la industria no puede controlar su evolución el tiempo suficiente para dirigirla hacia el lucro. Esta falta de control tiene el sorprendente efecto de hacer que lo 'nuevo' dure más, longevidad que tiene su origen en la posibilidad de sumergirnos en cualquier momento en plena redefinición continua de los sonidos. Incluso en cuestiones de formato, el cambio al CD, inspirado por el deseo de obtener mayores beneficios, no sólo ha significado la posibilidad de revender discografías completas, sino que también ha servido para facilitar un suministro en línea de historia musical al mismo tiempo que la producción de vinilos se abarata. La acelerada mutación se alimenta de estos y otros factores, a la par que provoca un sentimiento de insatisfacción ante lo que la industria puede ofrecer.
2. Los avances tecnológicos han puesto todo tipo de equipo a disposición de quien disponga de suficiente tiempo para aprender a usarlo (bien y mal), redefinirlo y reconectarlo, volviendo así a hacerlo suyo. El hecho de que ya no exista 'un sonido' alrededor del cual se organiza la música hace que todo sea material posible para una práctica que ha dejado de referirse a sí misma como música. De hecho, las categorías que antiguamente se asignaban a distintas músicas ahora no son sino divisiones, unidades de medida para uso del consumidor que limitan la capacidad de estimulación. De las guitarras hemos pasado a la tecnología de sampling, a los tocadiscos, a las cintas, a los teclados analógicos y a los digitales. Del rock, la música disco y el punk, pasando por el techno, el drum n bass y el trip hop, hemos pasado a una mezcla indiscernible que crea nuevas posibilidades para la interacción, así como la intensificación y deslegitimación de las condiciones de recepción. Tanto la interacción como la recepción escapan al control institucional de la industria y de los medios de comunicación (media) y en cuanto que 'subvierten las formas de lo imaginario' enfrentándose a lo que es considerado una forma aceptable de pensar, forjan estrategias para escapar de 'los modelos represivos dominantes' de una subjetividad heredada: la música nos muestra la conciencia individual como ente socio ideológico, como algo contextualizado.
3. Desde que la 'música' se liberó de la necesidad de ir acompañada de palabras, la predominancia de una música electrónica de texturas, de tonalidad sin restricciones, de densidad de timbre y de paroxismo rítmico ha convertido en algo liberador para los oyentes el escuchar con mayor atención ritmos y sonidos desconocidos. Este proceso de exaltación de la audición, que se produjo en el marco de la música de baile, era sensual y cerebral a partes iguales. Al transportar a la gente a lugares insospechados, estos sonidos pasaron a formar parte de un deseo colectivo que les acercaba los unos a los otros inspirando movimientos hacia nuevas formas de colectividad: si Marx pudiera considerar el proletariado como una manifestación concreta de la teoría, la música contemporánea podría verse como una vía de entrada a una nueva colectividad, al situar al sujeto dentro de una estructura acústica emergente que confirma en la experiencia una configuración social.(1) La liberación del oyente a través del baile no sólo nos ha guiado a esta existencia cada vez más social, la memoria colectiva de temas musicales, sino que, además, al poner de relieve una repetitividad que sitúa todo mensaje y resolución en un estado de suspensión, la música creó las condiciones necesarias para que la energía del deseo se perpetuase y desplegase en la dirección del descubrimiento y la autocreación.
4. Como consecuencia hay más gente haciendo música ahora de la que ha habido nunca, algo de lo que son conscientes los compositores y que ha llevado a una explosión internacional de actividad de pequeñas discográficas. Estos compositores han oído las viejas historias de glorias pasadas de la escena musical y en vez de optar por competir, darse a conocer y cultivar el éxito han decidido moverse fuera de estas barreras económicas y conceptuales y crear su propia música. Parecida al fenómeno de las fiestas abiertas e inspirada en esta escena musical aparece la circulación por redes underground de distribución de ejemplares en vinilo de los que existe un número limitado de copias y que elude incluso a la más 'especializada' de las tiendas de discos. Como eco de estos acontecimientos ha surgido una actitud experimental: no tener que ajustarse a lo que se espera y lo que se 'entiende' significa que, de nuevo, se aprecian las idiosincrasias en el sonido y la transgresión perceptual que éstas conllevan. La música se convierte en algo que va más allá de una diversión o entretenimiento.
5. Entretanto, los cazatalentos corren de los clubes a las actuaciones, de las actuaciones a los raves pero nunca llegan a las auténticas fiestas. Atraídos por una música que genere dinero y sentido, que reproduzca el imaginario social, no perciben el sonido del deseo conflictivo. La prensa musical y las revistas de estilo, que hacen las veces de cazatalentos, se encuentran cada vez más despojadas de su papel como mediadores entre los compositores desconocidos y las grandes discográficas. Resulta cada vez más irrisorio confiar en estos dos mecanismos para la identificación de modas y para promover lo nuevo cuando lo nuevo está pasando desapercibido. El empeño por aferrarse a lo que se ha declarado como 'nuevo' es indicativo de que lo que leemos es una basura arribista y carente de sinceridad. El marketing da pie a un oportunismo desapasionado. De modo similar, la manera en que estas revistas se ocupan siempre de los mismos temas es síntoma de su miedo a adoptar perspectivas diferentes que amenacen con revelar el artificio de la creación de tendencias. Los medios de comunicación estimulan la fascinación por lo mediocre y promueven todo lo que aparece dispuesto a repetir más de lo mismo.
6. Las prácticas de la era post-media se han impulsado con Internet, donde las obsesiones se disparan y se percibe el deseo por esas actividades guiadas y miniaturizadas que existen y prosperan sin siquiera tener en cuenta las -cada vez más estables- perspectivas de los transparentes medios de comunicación. Los medios de comunicación, como la industria discográfica se han convertido en un cero centralizado. Mientras que, en su día, las revistas y discográficas
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