Norte de Jalisco

En Jalisco, el 23 por ciento de la población sufre pobreza, y el 24 por ciento de ésta vive en pobreza extrema, según el último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). El estudio, publicado en 2012, agrega que dos millones 726 mil 115 personas, de un total de siete millones 373 mil 266 que habitan en el estado, tuvieron al menos una carencia social en el año y no contaron con un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades básicas.

Mezquitic, Bolaños y Chimaltitán, municipios de la región Norte de Jalisco, se encuentran entre los más pobres de la entidad. El escenario que ofrecen es de casas con pisos de tierra, sin energía eléctrica, sin refrigeradores o excusados, pocas vías de acceso y un alto nivel de analfabetismo. Son lugares que se caracterizan por elevados índices de marginación y bajos de desarrollo humano.De igual manera, migración, desempleo, baja escolaridad y precariedad en los servicios de salud, constituyen las carencias que a diario padecen los habitantes de la zona, que son principalmente indígenas.

Gabriel Pacheco Salvador, titular de la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas (UACI), de la Universidad de Guadalajara, explica que una de las causas de esta situación es el tipo de suelo que hay en la zona Norte de Jalisco.

“Es un suelo poco productivo, poco cultivable, y la gente que le apuesta a la ganadería no logra tener frutos de su trabajo. El suelo no ayuda a las poblaciones que están asentadas allá. Además, hay pocos accesos, lo que ha motivado a muchos jóvenes a migrar a Estados Unidos o a ciudades grandes como Guadalajara”.

A 174 kilómetros de Guadalajara

Datos del Sistema de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (SIEG), muestran que en el municipio de Mezquitic, el 72 por ciento de su población es wixárika; que sólo una de cuatro personas mayores de 15 años tiene educación básica y apenas el 71 por ciento está alfabetizada. El servicio de drenaje llega sólo al 32 por ciento de las casas de Mezquitic, en tanto que los de agua y electricidad tienen 55 por ciento de cobertura.

El municipio está dividido en la cabecera municipal y cuatro grandes comunidades indígenas: San Andrés Cohamiata, San Miguel Huaixtita, San Sebastián Teponahuaxtlan y Santa Catarina Cuexcomatitlán, mismas que conforman la región wixárika.

Ésta cuenta con 18,084 habitantes, de los cuales 12,740 tienen carencia alimentaria y 4,054 se encuentran en pobreza extrema.

Las localidades tienen un grado de marginación alto. Por ejemplo, en Nuevo Colonia, localidad de Santa Catarina, las viviendas no cuentan con excusado ni luz. En San Andrés Cohamiata, a seis de cada 10 casas no les llega agua entubada.

En 2000, Mezquitic ocupaba el lugar número 80 en el ámbito nacional en índice de marginación. Una década después el municipio retrocedió 69 lugares, para quedar en el lugar 11. Bolaños ha retrocedido 451 lugares: se encontraba en el 507 y ahora ocupa el lugar 56 en el país.

La pobreza en aumento

De acuerdo con Coneval, la pobreza está asociada a condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus necesidades básicas e imposibilitan su plena integración social.

Una persona es considerada en situación de pobreza multidimensional cuando sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y los servicios que requiere para satisfacer sus necesidades, y presenta carencias en al menos uno de los siguientes seis indicadores: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, calidad, espacios y servicios básicos en la vivienda.

El rostro de la pobreza en la vida cotidiana es más amargo e insoportable. Algunas zonas mexicanas arrojan diariamente a centenares de personas hacia las ciudades más grandes, que huyen de laberintos de hambre y de la fatalidad, en busca de trabajo, comida o incluso de limosna.

José Antonio Ramírez Díaz, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara, en su estudio “La participación de la universidad en la transformación social”, indica que en la zona Norte de Jalisco hay más debilidad del mercado de trabajo, y que el abandono de las prácticas agrícolas y ganaderas constituyen un factor causal de la migración.

“La emigración conlleva la transformación del modelo tradicional de familia y de las formas culturales de interacción. En materia de educación, se afrontan deficiencias de calidad en el nivel básico, por la gran cantidad de población analfabeta y en rezago educativo. Consecuentemente, los estudiantes presentan déficits al momento de llegar al nivel superior y en su competitividad en el mercado laboral”.

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