Obsolescencia Programada.
Enviado por diegomoreno1 • 13 de Junio de 2016 • Ensayo • 449 Palabras (2 Páginas) • 340 Visitas
Obsolescencia programada
“Programar un producto para que su vida útil finalice después de un determinado tiempo”, esta es la definición de obsolescencia programada, concepto que salió a la luz en 1929 en la depresión de Estados Unidos como forma de volver a “activar” el comercio.
Un gran ejemplo de los primeros bienes en los que se introdujo esta revolucionaria idea fue en las ampolletas las cuales pasaron de 2500 horas aproximadas de vida útil a unas tan solo mil horas, esto llamó la atención de muchas personas logrando así un importante debate sobre si era ético o no este tipo de modificaciones. Por una parte, estaban los que apoyaban esta idea ya que el aporte a la economía era tan grande que de alguna manera justificaba todo lo malo que podría representar. Lo que de cierta forma es verdad ya que esta polémica idea podía ocasionar entre otras cosas: empleos, crecimiento de empresas, nuevas empresas y, por lo tanto, un comercio más “vivo”.
Por otro lado, también se encontraban personas que discrepaban con esta idea por varias razones. Primero, por la falta de ética que significaba programar la inutilidad de un producto incluso antes de venderlo. Luego, estaba la pérdida de talento de un ingeniero: no poder avanzar en la tecnología (desarrollando, por ejemplo, zapatillas de una indeterminable duración o electrodomésticos con excelente funcionamiento después de muchos años) era algo que algunos ingenieros no se podían perdonar. Además, y como si fuera poco, la contaminación que provocaba la obsolescencia programada. Imaginarse por un momento un computador fabricado en masa que solo dura dos años, después de veinte años de “comprar y tirar” todos estos computadores serían desechados. Bueno, la realidad es que eso es lo que sucede. Cada año barcos repletos de contenedores desechan estos inútiles productos en países tercermundistas como Ghana.
En mi opinión la obsolescencia programada es tanto buena como mala. Buena porque potencia el mercado e inhibe el estancamiento económico. Pero mala por la falta de ética de la base de su idea sin hablar de la contaminación que afecta bastante por la producción en masa de diferentes países en estos días. Pero quiero agregar que el error en todo esto es dónde poner un límite. Por ejemplo, en el caso de la ampolleta que dura solo mil horas es una cantidad desmedida y, en consecuencia, beneficiosa solo para una cara de la moneda. Lo único que hace falta es reajustar de forma más equitativa y así lograr tener una obsolescencia programada más equilibrada y beneficiosa para todos. En vez de mil horas de duración o cien años como en el caso de la ampolleta de larga duración, una ampolleta de cuatro mil o cinco mil horas.
Diego Moreno Udd
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