Salvemos Nuestro Planeta

El crecimiento económico e industrial de los países pobres esta de antemano limitado, pues es evidente y en eso están de acuerdo todos (o casi todos) los científicos de muchas ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) de ayuda al desarrollo del sistema de vida EE.UU, por ejemplo no puede implantarse en todo el mundo, si al ritmo frenético y de consumo de este país le sumamos el resto de países ricos las consecuencias son catastróficas.

El problema radica en que muchas empresas y gobiernos buscan beneficios propios y rápidos, sin pensar si su actividad es sostenible a largo plazo y nadie piensa en poner un límite y menos aún una taza de contaminación. La industria ballenera, por ejemplo, se niega a cazar bajo el límite que le permite subsistir a largo plazo y prefiere cazar el máximo de ballenas, aunque esto acabe con su actividad. Muchos afirman que este estilo empresarial es la raíz de lo se conoce como “capitalismo” o “economía de mercado”, el capitalismo ya ha demostrado su depredación en la biosfera, como lo llamaba Sagan.

Surge una vía, una llama de esperanza un intento de domesticar lo salvaje que en otras palabras técnicas se está llamando “Economía de comunión” esta nueva forma de entender la economía es atribuida a Chiara Lubich y pretende dar vuelta al calcetín de los objetivos empresariales. El objetivo de una empresa ya no será el crecimiento económico sino el servir a la sociedad, la idea no es crear un nuevo nuevo sistema económico alternativo al capitalismo, sino, en palabras del empresario Alberto Ferruci, lo que se pretende es crear “hombres alternativos”.

La idea básica de la economía en comunión es convivir con el sistema capitalista actual intentando suavizar sus ansias de crecimiento económico, para potenciar las ansias de un crecimiento global, esta vía se resume en los siguientes puntos.

• la empresa es consciente de su impacto ambiental y reduce al mínimo, ahorrando energía y recursos siempre que sea posible.

• Por supuesto, la empresa respeta las leyes, pero más allá de estas, la empresa mantiene su comportamiento ético correcto.

• Los empresarios involucran a los miembros de la empresa en el objetivo de una correcta administración donde el centro de la mesa es la persona humana y no el capital.

Esta idea también no es solo aplicable a las empresas, sino, que individualmente la puede aplicar cualquier persona por ejemplo en sus actividades cotidianas puede replantearse dichas actividades para entrar a la “economía de comunión”, a costa de salirse siquiera de algo, de la “Economía de Mercado”.

BIBLIOGRAFÍA

GÓMEZ, José Galindo. Salvemos nuestro planeta; España,2008. 147 p. ISBN:978-1-84799634-3

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