Sistemas Automatizados

Los contenidos relativos a los sistemas automáticos y la robótica han aparecido, de forma recurrente, en los currículos de Tecnología de todas las reformas posteriores a la LOGSE. Parece obvio el interés de las administraciones educativas, o al menos de sus asesores, en que los jóvenes conozcan estos productos técnicos durante la etapa de enseñanza secundaria.

Pero en ninguno de estos currículos se argumenta suficientemente la pertinencia de introducir su estudio: ¿Es realmente útil y necesario el estudio de los sistemas automáticos en la enseñanza obligatoria? ¿Hasta qué punto es relevante el conocimiento de los sistemas automáticos y robotizados para la formación del talante ingenieril? ¿Se dan en los alumnos las condiciones de maduración y los requisitos cognitivos previos necesarios para abordar este estudio?

Los sistemas robóticos forman parte del nuevo paradigma tecnológico, que viene a sustituir al universo mecánico de la revolución industrial y la automatización electromecánica de los años 60. Constituyen el desarrollo lógico que integra las tecnologías de la información en el diseño y el control de máquinas. En estas nuevas máquinas, la información de control es ya el fluido principal. Los primeros robots domésticos ya están en el mercado y su expansión parece imparable.

Una gran parte de los ambientes artificiales en los que vivimos se ha automatizado. Los aparatos hacen cosas por si mismos y nos descargan de tareas rutinarias. Ejecutan secuencias complejas de operaciones, en orden lógico, de tal modo que el usuario los percibe como inteligentes. Pero los aparatos automáticos son un mero producto técnico, es decir, humano. Su comportamiento se ajusta a criterios y parámetros establecidos por sus diseñadores. ¿Por qué no van a poder diseñar y construir nuestros alumnos sencillos aparatos automáticos?

A nosotros, los profesores de Tecnología, estos contenidos nos encantan como es obvio. En la automática cristalizan multitud de conocimientos que proceden de campos diversos como, por ejemplo, los sistemas de propulsión, los circuitos de los sensores y las etapas de salida, las transmisiones mecánicas necesarias para el movimiento, la electrónica digital y los lenguajes de programación para el control. En la robótica, todos estos campos del conocimiento tecnológico encuentran una síntesis feliz, de tal modo que se influyen y determinan mutuamente. Por eso vemos en los robots y los sistemas automáticos un escenario ideal para presentar y tratar estos conocimientos aparentemente tan dispares. Además, la construcción y programación de robots proporciona un ambiente lúdico que es un aliciente añadido para los alumnos.

Sin embargo, cuando asistimos a un curso de formación sobre robótica o a una conferencia sobre el uso de robots en la enseñanza, nos invaden serias dudas acerca de si la complejidad

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