Software libre

Software libre: el usuario tiene libertad de usarlo, estudiarlo, modificarlo, mejorarlo,

adaptarlo y redistribuirlo, con la condición de no añadir restricciones adicionales al

software modificado, mejorado, adaptado o redistribuido. Debe permitir el acceso al código

fuente ya que esta condición es imprescindible para realizar las acciones indicadas. No

obstante, libre no es sinónimo de gratuito ya que puede exigirse el abono de una

contraprestación en cuyo caso se cobra, más que por algo totalmente establecido, por

programas que pueden ser modificados libremente según las necesidades de la empresa o

usuario, permitiendo una mejor adaptación a sus necesidades. Además, este tipo de

software suele estar protegido por las licencias denominadas “copyleft” que permiten su

explotación por terceros siempre que se señale que se trata de software libre y sin que se

agregue ninguna restricción adicional, dando las mismas oportunidades de acceso.

• Software legal: es el software que se utiliza sin incumplir la normativa vigente y en los

términos previstos en la licencia correspondiente.

• Software ilegal: software utilizado o comercializado con violación de la normativa

aplicable, sin contar con la licencia necesaria para ello o contraviniendo los términos

previstos en la licencia correspondiente (por ejemplo, instalándolo en terminales para los

que no está autorizado).

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