TELECOMUNICACIONES INALAMBRICAS
Enviado por raquel1984 • 3 de Noviembre de 2014 • 844 Palabras (4 Páginas) • 154 Visitas
desaparecieron las casas de la línea costera del Pacífico de Nicaragua
A muchos niños el mar los arrebató de los brazos
de sus madres. LA PRENSA/ ARCHIVO
Por: Amalia del Cid
El último tumbo dejó el bote en la arena. Sobre los escombros. Astillas, piedras, troncos, láminas de zinc, botellas y cajas, puertas y ventanas. Donde se pusiera la mirada, escombros. Era la mañana de un miércoles 2 de septiembre. El de 1992. Mario Obando arribaba a puerto —aún había puerto— agotado por 19 horas en alta mar. Miró a los otros dos pescadores de la embarcación y dijo: “Creo que nos perdimos. Esta no es Masachapa”.
Luego supo que no se habían equivocado. Era la mañana después de “esa noche”. La del primero de septiembre. La del maremoto. La más recordada por los habitantes de las costas del Pacífico de Nicaragua, desde San Juan del Sur hasta Jiquilillo. Fue hace veinte años.
El Sol, como un disco de policarbonato, brillaba a mitad del cielo, sobre el mar embravecido y lo que quedó de la costa de Masachapa. Mario, a los 18 años padre de dos niños, no tenía idea de lo que pasaba. El día del tsunami entró al mar a las 4:00 de la tarde, acompañado por una pequeña tripulación: Rodolfo Mojica, también de 18 años, y Francisco Vílchez García, de 40. Enrumbó el bote hacia El Tránsito, en busca de algún cardumen desprevenido. El infierno se desataría unas tres horas más tarde.
• Saqueo
Después del maremoto “unos andaban a la bulla y otros a la cabuya”, recuerda el pescador Pastor González. No se respetó ni el pescado que quedó tirado en la costa cuando los hombres abandonaron las lanchas para ir a buscar a sus parientes.
Incluso algunas casas que el mar no alcanzó (la ola avanzó cien metros, aproximadamente) fueron saqueadas. Por eso hubo quienes prefirieron quedarse a vivir en las ruinas, protegiendo lo poco que les quedaba y solo salían para ir a buscar comida a los centros que la proveían.
• La tragedia en el recuerdo
“La imagen que tengo grabada es la de varias personas muertas en Masachapa. Sus familiares habían rescatado los cuerpos de las orillas del mar y habían ubicado encima de pedazos de trapo a los niños muertos y los adultos en el suelo.
Los familiares lloraban desolados, pero con temor a que el mar volviese a subir. Recuerdo bien los rostros de las mujeres llorando, mientras los hombres, muchos pescadores trataban de encontrar a los desaparecidos.
El mar olía diferente, era un olor extraño”. Eloísa Ibarra, periodista que cubrió el desastre causado por el tsunami.
• Prevención
El grado de afectación del tsunami de 1992 dependió de dos factores: los parámetros de la ola (altura máxima, violencia del impacto) y el estado físico de las construcciones. En Masachapa, donde solo había
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